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Bárzola sueña con medallas para la Argentina

23/12/2017
Por Juan Cruz Fagán – Diario Clarín

Dos horas, diecisiete minutos y cincuenta y cuatro segundos. En ese lapso de tiempo se puede ver un partido y medio de fútbol o viajar desde el Congreso Nacional a Dolores. Pero a Miguel Barzola, en Londres 2012, esos casi 140 minutos le valieron convertirse en el atleta argentino con la mejor marca histórica en el maratón olímpicosu actuación más memorable . Nacido hace 35 años en Bragado, a 200 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, pero con su vida profesional encaminada en la ciudad española de Alicante, Barzola le contó a Clarín esa historia, su historia de vida.

Albañil de profesión, Barzola compitió durante algunos años en la Argentina hasta que decidió emigrar al Viejo Continente, donde los atletas reciben un mayor apoyo económico y pueden vivir del deporte. «Llegué hace 13 años. Nos fuimos en 2004 más que nada porque con mis amigos estábamos flojos de trabajo, teníamos que hacer algo para movernos y tuvimos que generar un cambio. Trabajé desde los 13 en la construcción y apenas tenía una Zanella 50; bueno, un amigo y solamente tenía una bicicleta playera, je».

A pesar de haberse instalado en Europa y haber mejorado su calidad de vida tanto en lo personal como en lo deportivo, Barzola culminó su carrera como albañil de tiempo completo apenas hace un tiempo, aunque en algunas oportunidades debe volver a su antiguo oficio. «En España trabajé como albañil hasta hace 5 años y cada tanto lo hago, porque el atletismo no te da mucho en realidad -confiesa-. Como me dediqué un año entero a correr, sólo lo hago por necesidad».

-¿Qué diferencias hay entre ser atleta en la Argentina y en España?

-No hay punto de comparación. En Bragado solamente había una pista de tierra. Cuando yo estaba, se mantenía un poco nada más. Acá es totalmente diferente. En Alicante hay tres pistas de tartán en 15 kilómetros de distancia. En Buenos Aires tenés la del CeNARD y para encontrar otra hay que irse a Mar del Plata. O sea que tenía que viajar 300 kilómetros para entrenarme en una. Acá, en un radio de 20 kilómetros, tengo más de cinco pistas. Y con la licencia federativa accedo a cualquiera de ellas.

Para él, lo más importante es el valor del dinero y el estilo de vida que puede llevar en Europa. «El alquiler y la comida son muy baratas y así te mantenés en un buen nivel -cuenta-. Si sos parte de un club, te garantizás que te costeen todos los viajes. Hace pocos días corrí un cross y mi manager me dio todo el dinero. Entonces está bueno porque todo eso es ganancia para mí».

Los premios por competir en las carreras y el apoyo recibido ayudan a que los atletas en Europa puedan tener un mayor sustento. «Acá hay carreras populares que reparten entre 500 y 1.500 euros, lo cual es un muy buen premio. Y además en cada carrera hay un fijo de 700 euros por presentarse -asegura-. Eso es lo que le falta a la Argentina: que te ayuden con un pasaje o con un monto fijo para no volverte con las manos vacías«.​

Claro que vivió un momento muy feo cuando en 2009, luego de competir en Marruecos, casi no lo dejan entrar a España. «Me pararon en la Aduana y me dijeron que tenía un sello de entrada de más de tres meses y a mí se me había vencido. No me dejaron entrar, pero un amigo atleta de Madrid, Pablo López Bendito, me ayudó a pasar porque conocía al jefe a cargo», recuerda.

«Fue una experiencia rara, porque en ese momento no tenía el pasaporte de residencia y ahí me di cuenta del peligro que podía traerme -admite-. Por suerte al poco tiempo presenté todos los papeles y demostré todo. Estuve una hora en la Aduana y recién ahí me dejaron pasar. Todo por una carrera en Marruecos, je».

Además de haber podido encontrar una estabilidad financiera y deportiva, Barzola halló en Alicante un lugar del que pretende no regresar más. «Desde que llegué a España y a Alicante, supe que me iba a quedar aquí y que no quería volver. Soy muy casero y me cansa viajar siempre. De momento, mi mentalidad esta acá, principalmente porque mi pareja Yésica también vive en España. Estoy mucho mejor acá que en Argentina«.

​-¿Pensás en qué vas a hacer cuando se termine tu carrera?

​-Realmente no lo sé, je. Me quedan tres años de carrera. El atletismo es muy sacrificado, pero como hobbie está muy bueno. No obstante, empecé a entrenar gente y a lo mejor me dedique a eso porque me gusta. Como cualquier persona que se tiene que mantener para hacer atletismo, cuando me retire tendré que trabajar. Algo bien diferente es la situación de los medallistas olímpicos.

Barzola aún tiene grabado a fuego el fiel recuerdo de lo que fue su participación en Londres 2012. «Llegar a unos Juegos Olímpicos es lo más grande que le puede pasar a un deportista y lo que todos quieren realmente, porque lo intentás por más que no se te dé. A mí me puso muy contento haber competido y terminado 35° gracias a que me pude preparar bien por haberme clasificado mucho tiempo antes», relata.

Imposible que un deportista se olvide de sus vivencias olímpicas. Lo refleja también Barzola: «Lo de los Juegos fue impresionante por la gente. Si no terminás la prueba, realmente no sos olímpico. También influye mucho el día, el clima, todo… No es fácil. Por eso cuando quise prepararme para Río 2016 y no logré clasificarme por 40 segundos, valoré mucho más lo logrado en Londres».

​-¿Cómo te impactó quedar afuera de Río 2016 por tan poco?

-Estaría mintiendo si no te dijera que me quedó la espina. Cuando me enteré que los Juegos Olímpicos iban a ser en Brasil, quería estar porque mi familia y mis amigos iban a poder estar presentes y verme. A Londres habían ido igual junto con algunas personas de Bragado, pero estar en Río hubiera sido muy lindo.

Lógicamente, para llegar a este nivel de exigencia y competir en la elite, el entrenamiento es un factor clave. Es por eso que el oriundo de Bragado acumula una gran cantidad de horas semanales trabajando su cuerpo para la competencia. «Me entreno por la mañana, de 9 a 11 y después hago un rodaje de 45 minutos, más pesas. Y cuando no estoy próximo a una competencia, hago doble turno y a la tarde empiezo a las 19 y termino a las 21.30 o 22», dice.

En base a ese trabajo duro, Barzola espera conseguir lo que para él sería su logro máximo como deportista: una medalla para Argentina. «Me hubiera gustado estar en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 para ganar una medalla, pero me privé de participar por una lesión al hacer buenas maratones -explica-. Me voy a preparar para los Panamericanos de Lima 2019, los Sudamericanos y los Iberoamericanos. Me queda esa espina de ganar una medalla para Argentina; eso sería todo para mí. Son los torneos más importantes y ganar una medalla es lo máximo a lo que un deportista puede aspirar. Esa es mi meta. Lo hice en juveniles en 10.000 metros, pero no es lo mismo».

Otra de las cuentas pendientes en su lista fue el hecho de no poder participar del Maratón de Buenos Aires, para la cual se había preparado especialmente compitiendo en el medio maratón de septiembre, en el que se consagró subcampeón nacional, detrás de Mariano Mastromarino. «Lo de Buenos Aires fue complicado -sostiene-. El medio maratón fue realmente positivo, pero tuve dos gripes y sinusitis antes del maratón y correr no era lo conveniente. Me molestó no poder estar«.​En los 21K de Buenos Aires de este año, Miguel Barzola fue subcampeón nacional de medio maratón, detrás de Mariano Mastromarino.

Los maratonistas tienen que cuidarse al extremo con la alimentación, la hidratación, la preparación física y el descanso. Sin embargo, Barzola admite que de tanto en tanto se da un gustito. «Me encanta juntarme con amigos, tomar mates o una cerveza y distraerme. Cuidarme desde la alimentación nunca fue mi fuerte», confiesa.

«Me acostumbré a viajar, a tomarme vacaciones con mi pareja y a estar tranquilo, Acá lo suelo hacer -agrega-. Aprendí que hay que vivir más y disfrutar cada momento y acá realmente lo estoy haciendo. No perdí ninguna de mis costumbres argentinas, je».

El atletismo hizo que Miguel Barzola dejara a un lado su oficio y aunque ya no tenga elementos de albañilería en sus manos, seguirá intentando construir su futuro de la mejor manera.

Sorprendido y feliz por el fenómeno del running en la Argentina

A pesar de tener su vida encaminada lejos de la Argentina, el fenómeno de las carreras de calle que se ha producido en los últimos años no es algo que resulte ajeno para Miguel Barzola.

Como todo atleta, el hecho de que el deporte que practica sea furor es un motivo de alegría. En relación a este repentino crecimiento, el bragadense realiza el siguiente análisis: «Sinceramente no me dejan de sorprender la cantidad de inscripciones en las carreras en Buenos Aires y en el país en general. Para poder juntar 22.000 personas en el medio maratón y 10.000 en el maratón, hubo un trabajo de muchos años de parte de la organización».

Por otro lado, asegura que la popularidad del deporte y el hecho de que cada vez más personas puedan sumarse a él es algo más que positivo para la disciplina, aunque advierte que este furor es producto de un sostenido esfuerzo. «Han hecho un buen trabajo con los sectores populares y espero que estos resultados se sigan dando para que el deporte se magnifique aún más», concluye.