Skip to content

Román Gastaldi, el gran decatleta, ahora en la docencia

18/07/2020

Fuente: Diario La Voz

Desde hace unos años está radicado en Santa Fe pero su corazón sigue en su Devoto natal. Lugares sobre los que reparte sus conocimientos sobre el atletismo, disciplina en la que en agosto de 2018 decidió retirarse del plano competitivo en el que confeccionó una impecable foja de servicios con lauros a nivel nacional e internacional en la especialidad del decathlon.

En ese sentido puede citarse que fue mundialista, varias veces campeón argentino, medalla de oro en el Sudamericano de Cartagena de 2013 y en el Iberoamericano de Río de Janeiro de 2016 y plata en el Sudamericano de Buenos Aires en 2011. Logros al que le sumó su título de profesor de Educación Física, a través del cual transmite sus conocimientos y experiencia.

Román Andrés Gastaldi, en comunicación con LA VOZ DE SAN JUSTO, con su mirada experta aludió a la actualidad de la disciplina, y habló de su presente profesional entregado a la docencia en pos del crecimiento de nuevos atletas.

-¿Cuál es la actualidad de Gastaldi?

-En la actualidad resido en Santa Fe donde estoy trabajando en el Centro Deportivo Jerárquicos de Santa Fe, un espacio de salud y deportes que tiene pileta, actividades en sala de musculación, entrenamiento, actividades recreativas y depende de la Mutual Jerárquicos Salud.

Aquí estoy como coordinador de personal y actividades deportivas, somos 27 personas trabajando y tengo algunas horas en el Alto rendimiento deportivo entrenando a los deportistas como Braian López.

Mientras tanto en Devoto estoy como coordinador de la Escuela de Atletismo aportando lo que puedo para que puedan progresar, hago planes físicos a los chicos que están más avanzados.

En Devoto fue designado padrino de la Pista de Atletismo del Polideportivo

 -¿Qué te genera hacer docencia?

-Siempre consideré que es muy gratificante ayudar a otros a progresar, a que crezcan y hacerlo en un ambiente en el que me gusta mucho, la verdad que me da mucha alegría y por suerte con a la poca experiencia que tengo pude trabajar algunos años en escuelas y otros ámbitos, es muy lindo trabajar con chicos y grandes.

-¿En el interior del país cual es la realidad de la disciplina?

-Las pistas de atletismo con su infraestructura y la posibilidad de tener entrenadores a nivel país son muy pocas y dependen de que algún fanático del atletismo genere su propia estructura para entrenar.

Falta mucha capacitación en los entrenadores y justamente porque es muy difícil armar una profesión de esto.

No obstante hay localidades que trabajan muy bien, lógicamente no para el ciento por ciento de las pruebas, al tener pista de tierra y la imposibilidad de llegar a materiales que son muy costosos, pero se puede trabajar bien.

Después está el sur donde si no tenés una pista ‘indoor’ hay muchos meses en el año que no pueden trabajar.

Pero sí últimamente se vieron el desarrollo de escuelas de atletismo en distintas localidades y eso puede ser positivo para la detección de talentos, lo interesante sería haber que hacemos después con eso, en el momento en el que chico necesita cambiar su entrenamiento para seguir mejorando, cambiar su estructura de vida en sí.

-¿Y en Devoto?

-En Devoto están haciendo un proceso muy bueno porque la Municipalidad es la que banca el sistema entonces tenes una profesora que se encarga de la iniciación, otro de los que están avanzados y además cuentan con un coordinador para que les dé una mano, les haga de capacitador.

A propósito me sentí halagado y agradecido con el gesto de la Municipalidad al haberme designado padrino de la Pista de Atletismo del Polideportivo.

-¿Supiste manejar el tema del retiro?

-Creo que se dio en el momento justo, en realidad lo hice oficial a mediados de 2018, pero casi un año atrás empecé a incursionar por otros lados para ver si era la decisión correcta, entonces seguí entrenando un poquito pero empecé a trabajar cada vez más, me empezó a dar una especie de rechazo cada vez que me acercaba a la pista, y las lesiones también influyeron.

No extraño el hecho de competir, sí el tema de los viajes por aquello de compartir con los chicos de la selección, de poder conocer otros lugares, gente, otras culturas.

Pero la idea es seguir manteniendo la relación con el atletismo por eso lo sigo haciendo en Devoto, y ahora estoy tratando de organizar mi vida y mi trabajo para que me quede tiempo y empezar a dedicarme como entrenador que es lo que estoy haciendo.

-¿A quiénes agradeces el hecho de haberte guiado en tu trayectoria de atleta?

-Hay muchas personas que formaron parte, principalmente la familia. Luego fue un proceso que comenzó en la escuela primaria donde mi papá -Gerardo- era el profesor de Educación Física y él tenía una estructura muy interesante del desarrollo de las cualidades físicas en el niño. Entonces ya en cuarto grado ya sabía saltar en alto.

Después seguí en el secundario donde apareció Ariel Valdemarín quien me llevó a un torneo Evita, a él le debo la posibilidad de conocer, un tipo desinteresado que solo quería que sus atletas mejoraran y al que agradezco la humildad que tuvo en su momento para decir ‘hasta acá llego no puedo hacerte mejorar más’ y me pasó con Guillermo Chiaraviglio con quien tuve muchos años, una persona muy importante en mi desarrollo atlético y como persona.

Cuando estuve en Sao Caetano, Brasil, Edemar Alves en poco tiempo me ayudó mucho y a un sinfín de atletas y entrenadores que les pude sacar algo para mi desarrollo como profesional.

-¿Te quedó alguna deuda pendiente, una competencia por disputar?

-No, fui tomando las decisiones en base a lo que creía mejor, siempre consultándolo con la familia, entonces en ese sentido no siento que me haya quedado algo pendiente.

Después respecto a las competencias por disputar, el sueño era poder participar de un Mundial y de un Juego Olímpico, bueno, al primero tuve la suerte de ir en 2013 a Moscú y al segundo por diferentes motivos no lo pude concretar. Estuve cerca en el 2012 pero me fracturé una vértebra y todo ese año estuve parado, en el 2016 un desgarro en el tendón del isquiotibial derecho me limitó también. Pero no lo siento como una deuda pendiente, se dio así.

 -¿Hay un momento feliz o logro que elegís entre todos los que tuviste?

-Creo que la carrera en sí, lógicamente con sus altibajos, pero al haber atravesado tantas situaciones, es eso lo que fui disfrutando, en su momento fue difícil o más fácil, pero eso fue lo lindo ‘el mientras tanto’.

Si tuviera que elegir un logro o un momento más que nada fue el año 2013. Gané el nacional, clasifiqué al sudamericano en Cartagena que lo gané y pude clasificar al Mundial y fue el mismo en que me recibí como profesor así que fue un año completo.

-¿Cuál es la mayor satisfacción que te dejó tu etapa de deportista?

-En sí las experiencias vividas, la experiencia de vida, los afectos que fui consiguiendo y que se mantienen al día de hoy, eso es lo más lindo. La posibilidad de haberlo vivido en una etapa donde había mucho apoyo y gracias a eso pudimos participar de muchos torneos, entrenamientos.

-¿Un mensaje final?

-Una enseñanza que me dejo el atletismo es disfrutar ‘el mientras tanto’. Muchas veces nos ponemos un objetivo y si no lo logramos parece que no sirvió de nada y  no lo pudimos disfrutar, y en sí es todo lo contrario, es poder disfrutar al máximo el momento en el que lo vamos buscando, si se da o no es una cuestión de circunstancia, pero lo que no podemos olvidar es el hecho de disfrutarlo y de hacerlo con la mayor pasión todos los días.