(Entrevista: San LuisRun)
En 2017, tuvo su máximo esplendor. Se consagró campeón sudamericano del los 800 metros en Asunción y así clasificó al Mundial de Atletismo de Londres, en donde logró su mejor marca personal. Una lesión en su rodilla derecha lo tuvo a maltraer desde fines de 2018. Paró la máquina y está en pleno proceso de recuperación para volver a ser el que fue e intentar ir por más.
Pista de tierra del Hipódromo en San Luis. Ahí está Leandro Paris (24 años), con campera y calzas largas oscuras. Entra en calor, se saca su abrigo y comienza a trabajar. El naranja de su remera sobresale entre el pasto seco del enorme predio. Solo, concentrado, da vueltas y vueltas.
Una lesión lo persiguió en los últimos tiempos. Lo bajoneó, le hizo replantearse muchas cosas. Pero Paris no se dio por vencido. Quiere volver a ser quien fue. Pretende estar otra vez en lo más alto de un Campeonato Sudamericano, como en 2017, cuando se consagró en Asunción en los 800 metros. Desea sentirse como aquella vez en el Estadio Olímpico de Londres, cuando llegó al Mundial de Atletismo. “Esos momentos siempre están presentes. Pensar en eso y recordarlo es lindo, pero tampoco hay que quedarse en el pasado. Y decir `qué bueno que llegué´ porque la mente puede relajarse. Cuando recuerdo lo que viví, también me planteo: no pude meterme en la semifinal del Mundial, la próxima voy a lograrlo. Quiero volver a salir Campeón Sudamericano y hacer un mejor tiempo. Todo el tiempo recalcarme que si lo hice una vez, puedo volver a hacerlo”.
El inicio de la tormenta
El 2018 no terminó bien para el atleta de El Volcán, y en 2019 la cosa no cambió demasiado. Una lesión en su rodilla derecha lo tuvo a maltraer desde su última gira por Europa en el último noviembre. “me lesioné en un entrenamiento, en una pista tipo cross. Pisé en falso en una curva, me doblé el tobillo y para que no caiga todo el peso ahí, aflojé la pierna y cayó la rodilla, la cadera, todo”.
Pero lo peor no fue la situación en sí, sino lo que vendría después, “a los dos o tres días el tobillo me empezó a molestar y después empecé con dolor de rodilla. Cuando cargaba el entrenamiento, me dolía y tenía que aflojar una semana para recuperarme. Pensamos que era algo normal pero no. Así estuve cinco meses, entrenaba y cuando cargaba el trabajo, el dolor volvía. Hasta que me encontré con Juan Guevara, de Biokinetic, y él me dijo que tenía tendinitis rotuliana. Empecé con el tratamiento. Ya llevamos más de dos meses de recuperación. Claro, también aflojé la carga de entrenamiento. Estoy trabajando suave hasta que me recupere totalmente”.
1’47”09. Su mejor tiempo en “su prueba”: los 800 metros llanos. La logró el 5 de agosto de 2017 en el Mundial de Londres. Es la tercera marca histórica del ranking argentino, detrás de Luis Migueles (1’46”01) y Leonardo Price (1’46”90).
Allá lejos, hace unos ocho meses atrás en la gira europea, fue la última competencia en donde Leandro estuvo al 100% de sus posibilidades físicas. “Después, tuve que cumplir con algunas pruebas como el Nacional y el Grand Prix. Y obviamente pensaba que podía recuperar la rodilla y estar fuerte arriba, en las definiciones. Pero no fue así. Eso me pasó por ejemplo en Concepción del Uruguay, en el Grand Prix a fines de marzo. Me preparé casi un mes a tope y el cuerpo no respondió. Además el resto de los chicos están en un gran nivel. Fue una mala decisión haber ido a esa competencia”.
Resetearse. Empezar de cero. Afrontar la realidad y definir nuevos objetivos. Algo de eso le pasó en los últimos meses a Leandro Paris. “Me convencí en ir más allá de buscar una simple marca, sino más bien en disfrutar el día a día, cada entrenamiento, de la familia y de las cosas que te da la vida para poder encarar de otra manera el trabajo. Esa línea adopté este año. De no preocuparme tanto por competir en tal lugar o generar una marca sino más bien el de recupérame, entrenar de a poco, suave y volver mucho más fuerte. Porque si tengo el cuerpo sano seguramente serán mejores los resultados”.
“Estoy entrenando bien. Haciendo una sesión por día de lunes a sábado: con fortalecimiento muscular y también pista”.
Claro, ese cambio de mentalidad no fue de un día para el otro. Hubo personas que ayudaron al deportista nacido en Mendoza pero que desde hace muchísimos años vive en San Luis. “En ese cambio de mentalidad me ayudó Gustavo Sosa, que es el entrenador que está en la ULP (Universidad de La Punta). Siempre me recalca lo de buscar el espíritu personal; y no pensar ni encerrarse en una marca u objetivo porque cuando no se logran, te frustrás mucho. Por eso, es importante tratar de lograr ese equilibrio. Buscar un objetivo pero que vaya de la mano con el disfrute. Lo mismo me ha dicho mi entrenador Leandro Ghelfi. Por ejemplo: esta pasada la tenés que hacer en tal tiempo, rápido, pero vos debés sentir que vas suelto, libre, que no te cuesta. Eso debo intentar llevarlo a todo. Que no me cueste, que esté contento, alegre con lo que hago y no estar sufriendo”.
Sumado a eso, a principios de marzo pasó por testeos de VO2 Max en el Campus Abierto de la ULP “Arturo Rodríguez Jurado” y los resultados fueron más que satisfactorios. “Me pusieron muy contentos. Yo venía mal, la pasaba mal en los entrenamientos y en la competencia. Esas pruebas me reanimaron, me dieron un empujón a seguir, a ponerme fuerte, a continuar mejorando”.
¿Cuándo vuelve a las pistas?
Leandro entiende que está en pleno proceso de recuperación, por eso apunta a volver con todo en la última parte del año –en octubre-: en la Copa Nacional de Clubes en el Cenard. “Esperar para volver a competir tiene que ver con lo que me pasó, y también con la confianza y convicción de uno mismo. Creo que el entrenamiento está pensado específicamente para tener resultados en la última parte del año. Y obviamente seguir trabajando porque el gran objetivo mío es entrar a los Juegos Olímpicos a través de la clasificación por puntos IAFF. Intentaré hacer mi mejor marca este año para poder ir a competir a Europa otra vez y planificar un entrenamiento para obtener resultados allá. Estoy haciendo un buen trabajo y sé que llegaré bien”.
“Seguiré trabajando fuerte porque el gran objetivo mío es entrar a los Juegos Olímpicos”.
El viento sopla fuerte y se levanta tierra en la pista del Hipódromo. Leandro termina su última pasada. Vuelve a la calma, estira un rato…. y sonríe. Se nota que la pasó bien, volvió a disfrutar de eso que tanto ama.