La realización del 48° Campeonato Nacional de Cross Country en el Complejo Turístico Salto Berrondo, en la localidad misionera de Oberá, constituyó todo un suceso: por la alta y calificada participación de atletas de todo el país, así como la organización y el marco de la prueba.
Para el atletismo de Misiones -que este año ya recibió competencias internacionales en su pista sintética- también fue la oportunidad de disfrutar a sus más destacados valores, incluyendo el fondista Agustín Adrián Da Silva, quien reeditó su calidad para el cross delante de los suyos al ganar sobre 10 km. la categoría central de caballeros, tras el duelo con Fabián Manrique. La bonaerense Karen Cejas, por su parte, fue la vencedora en damas, seguida por Agustina Chretien (FAM).
Tomás Vega y Nadine Vilca en la u23, Imanol Quiroz e Isabel Conde en la u20, Máximo Andino y Juana Zuberbuhler en la u18, Wenceslao Martínez y Sofía Sánchez en la u18 fueron otros de los campeones consagrados en esta oportunidad.
Oberá ya había sido la sede del Nacional en 2016 y en esa oportunidad Da Silva había obtenido el tercer puesto en los juveniles. Desde entonces fue protagonista de esta competición al ganar títulos de cross en cuatro oportunidades consecutivas: 2017 (San Juan) en la u20, 2018 (en Laprida) y 2019 (Morón) en la u23. Y su primer título en mayores, hace dos años en Balcarce, delante del gran maratonista Eulalio Muñoz. El año pasado en Río Cuarto, el vencedor fue el local Brian Burgos, seguido por Ignaco Erario y el propio Da Silva, quien ahora recuperó el título.
Las pruebas de cross country tienen una larga tradición en nuestro país. En forma discontinua se realizaron Nacionales en los comienzos de la actividad federada y entre sus campeones estuvieron leyendas del atletismo de fondo como nuestros medallistas olímpicos Juan Carlos Zabala (1930) y Reinaldo Gorno (1944), año en el que llegó segundo Delfo Cabrera. También José RIbas (1928) y Raúl Ibarra (1943) fueron otros de sus ganadores. Los Campeonatos Nacionales, en su actual modalidad, se establecieron definitivamente a partir de 1971 en Castelar, llevando el atletismo -y a nuestros mejores fondistas- por toda la geografía del país.