Después de disfrutar del gran triunfo de la venezolana Yulimar Rojas en el salto triple del domingo, con récord mundial de 15.67 m incluido, el atletismo sudamericano contó este lunes con otros valores de alta calidad. Y los 43.93 de Zambrano en su semifinal, a cinco centésimas de Kirani James (Grenada), lo colocan en otra dimensión técnica. Tendrá una carrera durísima, probablemente una de las finales más atrapantes de estos Juegos y a la que no pudo siquiera llegar el defensor del título y recordman mundial, el sudafricano Wayne van Niekerk. Woodruff, por su parte, escoltó en su semi de los 400 vallas a la recordista mundial Sydney McLoughlin, quien protagonizará un gran duelo con su compatriota Dalilah Muhammad y la holandesa Femke Bol.
Sin dudas, Hassan fue la gran protagonista de la jornada de este lunes en el Estadio Olímpico de Tokio ya que durante la mañana sufrió una caída a poco de largarse su eliminatoria de los 1.500 metros llanos. Sin embargo, se levantó y atrapó al pelotón que le llevaba 40 metros para conseguir su plaza en las semifinales del miércoles. Por la noche, Hassan compitió en los 5.000 metros junto a varias de las más veloces especialistas del historial. A falta de 250 metros, Hassan produjo un imparable cambio de ritmo y terminó con medalla de oro en 14m36s79, seguida por la legión africana: la keniata Hellen Obiri (14m38s36) y la etíope Gudaf Tsegay (14m38s87) en el podio. Luego otra de las candidatas keniatas, Agnes Tirop, y una dupla etíope (Ejgayen Taye y Senbere Tefere), apareciendo en el séptimo puesto la italiana Nadia Battocletti con 14m46s29.
Hassan, oriunda de Etiopía y radicada desde hace más de una década en Holanda, se ha convertido en la estrella mundial de las pruebas de fondo en pista después de su participación olímpica en Río, cuando no pasó de las eliminatorias en mediofondo (800-1500). Además de una serie de récords mundiales, tanto en pista como en ruta, logró un inédito doblete dorado en el Mundial de Doha (1500-10.000). En Tokio está inscripta para tres distancias, ya ganó 5.000 y este miércoles competirá en las semifinales de 1.500. Si avanza, le tocaría la final el viernes. Y también participaría en los 10 mil metros del sábado…
Otra que intentaba hacer historia era la croata Sandra Perkovic, campeona olímpica de lanzamiento del disco en Londres 2012 y Río 2016. Pero ya no emerge tan dominante como en temporadas anteriores y el título fue para la mejor especialista de estos últimos años, la estadounidense Valerie Allman, quien disparó hasta 68.98 metros con su primer intento, antes de que la prueba se detuviera durante una hora por la lluvia. La alemana Kristin Pudenz fue medalla de plata con 66.86 y una consistente lanzadora como Yaimé Pérez, con 65.72m, le aportó a Cuba otra medalla, delante de Perkovic, quien marcó 65.01m. La brasileña Izabela Rodrigues da Silva ocupó el 11° lugar con 60.39 m. en una positiva participación olímpica. Sus compatriotas Andressa Oliveira y Fernanda Raquel Borges también habían estado en la qually, aunque sin acceder a la prueba decisiva.
Desde los Juegos Olímpicos de México en 1968, cuando triunfó un sorprendente Amos Biwott, nunca Kenya había resignado el título de los 3.000 metros con obstáculos. Sólo les faltaron los títulos de Montreal 76 y Moscú 80 debido a que no participaron por el boicot de los países africanos. Pero la actual generación de especialistas kenyatas ya no parecía tan sólida y aquella racha acaba de terminarse. El nuevo campeón es el marroquí Soufiane El Bakkari, quien marcó 8m08s90, seguido por el etíope Lemache Girma con 8m10s38. Para Kenya quedó un consuelo con el bronce de Benjamin Kigen (8m11s45).