El atletismo argentino contará con cinco clasificados en estas competencias: Belén Casetta para los 3.000 metros con obstáculos, Germán Chiaraviglio en salto con garrocha, mientras que en las carreras de maratón a desarrollarse en Sapporo estarán Marcela Cristina Gómez, Joaquín Arbe y Eulalio Gómez.
Todas las instalaciones deportivas están totalmente listas: 25 de ellas ya existían (algunas «sobreviven» desde los Juegos de 1964), mientras que habrá 10 instalaciones temporales y otras 8, construidas especialmente para estos Juegos. Se concentran en dos zonas de la capital japonesa: la bahía de Tokio, en terrenos artificiales ganados al océano Pacífico, y una ‘Zona Herencia’, más céntrica y que reutiliza instalaciones que albergaron en 1964 la anterior cita olímpica en esta ciudad, habiendo sido renovadas o reconstruidas.
El principal escenario de los Juegos de 1964 (Estadio Olímpico) se ha reconstruido completamente, en pleno corazón de la capital. Reinaugurado a finales de 2019, acogerá las ceremonias de apertura y de clausura, además de la mayoría de pruebas de atletismo y algunos partidos de fútbol. El rediseño del Estadio, con obras que abarcaron un año y medio a partir del 2016, tuvo un costo de 1.546 millones de dólares y fue firmado por el arquitecto local Kengo Kuma, con materiales de construcción tradicionales, como la madera de cedro del país.
En un reciento en la bahía de Tokio, con capacidad para 15.000 espectadores -su aforo se reducirá a 5.000 tras los Juegos-, acogerá las pruebas de natación, natación sincronizada y saltos ornamentales. Una de sus peculiaridades es que cuenta con un muro modulable para convertir su piscina principal de 50 metros en dos piscinas separadas de 25 metros cada una. La profundidad de las piscinas también es modificable. Después de los Juegos, esta instalación será escenario de otras competiciones y también se abrirá al gran público.
Las pruebas olímpicas de voleibol y las paralímpicas de básquetbol tendrán lugar en este recinto para 15.000 espectadores.
Los paneles solares que cubren el techo curvado han tenido que ser orientados de manera que se eviten los reflejos de luz hacia las torres de los edificios colindantes.
Como en el caso del Centro Acuático, el edificio cuenta con captores térmicos y bombas geotérmicas, con el objetivo de reducir las emisiones de CO2.
Después de los Juegos seguirá acogiendo eventos deportivos, además de conciertos.
Un templo de las artes marciales con el techo curvado, para emular la forma del Monte Fuji. Edificio octogonal próximo al Palacio Imperial, fue construido para las pruebas de judo de los Juegos de 1964 y será el lugar de competición de yudo.
El Nippon Budokan es también un mítico centro de conciertos en Japón. Los Beatles tocaron allí en 1966 en su primera actuación en el país.
En una lengua de tierra rectangular ganada al mar, la Villa Olímpica está compuesta por 21 edificios de una decena de plantas, con 18.000 camas de capacidad durante los Juegos Olímpicos y 8.000 para los Juegos Paralímpicos.
Después está destinada a ser un barrio residencial de lujo. El aplazamiento de un año de los Juegos fue un problema, ya que una parte de los apartamentos ya habían sido vendidos.
El noreste del país, principal zona afectada en 2011 por el sismo, el tsunami y el accidente nuclear de Fukushima, fue asociado simbólicamente al proyecto olímpico, conocido como «los Juegos de la reconstrucción» por el gobierno.
Partidos de los torneos olímpicos de béisbol, deporte muy popular en Japón, y sóftbol (torneo femenino) tendrán lugar en el estadio de Azuma, en la ciudad de Fukushima.