Fue un 30 de septiembre, hace hoy 40 años. Se disputaba en la zona de Parque Camet, en Mar del Plata, uno de los primeros Campeonatos Nacionales de Maratón en el historial de CADA. Y Raúl Víctor Llusá –quien apenas tenía 20 años, oriundo de la ciudad bonaerense de San Pedro- ganaba con 2 horas, 21 minutos y 22 segundos, seguido por dos de los corredores que marcaron época en aquellos tiempos: el chubutense Efraín Raimundo Manquel (2h23m53s) y el mendocino Alfredo Oscar Maravilla (2h26m36s). La marca de Llusá significó el nuevo récord nacional (en ese entonces se denominaba “mejor marca” a las pruebas de ruta por reglamento IAAF) y era el primero que se le mejoraba al gran Osvaldo Suárez, cuyos topes de 5.000 y 10.000 en pista recién cayeron al año siguiente con las actuaciones de Jorge Monín y Fernando Marrón.
Llusá fue un destacado maratonista, ya que en 1980 también obtuvo la prueba de Madrid en 2h24m43s y, un año después, en una jornada muy ventosa, quedó 2° en el maratón Mardi Grass, en Nueva Orleáns (EE.UU.) con 2h34m05s. Otras actuaciones destacadas se dieron en Rio de Janeiro. En 1982 terminó 3°, repitiendo sus 2h21m22s y escoltando al portugués Delfin Moreira y al sueco Kjell Erick Stahl. Y en 1983, en la misma ciudad, fue 7° con 2h24m08s. Representó a la Argentina en los Juegos Panamericanos de Caracas (1983), ocupando el 10° lugar con 2h45m41s. Y también estuvo en una de las primeras ediciones del maratón de Buenos Aires, en 1986, terminando 7° con 2h26m55s. Su récord nacional –aquel del cual ahora acaban de cumplirse cuatro décadas- fue mejorado rápidamente por Alfredo Maravilla, quien marcó 2h17m43s en el maratón de Boston (20-4-81) aunque esta marca ahora no se considera válida por el “downhill” de la ciudad estadounidense. Pero meses más tarde, en Rio de Janeiro, Maravilla llevó al tope a 2h20m52s.
El diario La Opinión de San Pedro, con motivo de este aniversario, entrevistó a Llusá, quien aportó sus recuerdos de aquel momento: “Un mes antes del maratón, tuve una prueba sobre 33 kilómetros y me sentí muy bien. Allí decidí que iba a encarar el maratón, a pesar de que era muy joven. Ya en el maratón, también recuerdo que a la altura del kilómetro 40 me cantaron el parcial y sentí que podía mejorar el récord. Llegué con lo justo, no me sobró nada. Pero me sentí muy feliz”. Tiempo después visitó al propio Osvaldo Suárez en su departamento de Avellaneda y compartieron vivencias.