Por Ezequiel Brahim – Diario La Nación
Publicado el: 9 de enero de 2025
Correr puede significar muchas cosas: desde alcanzar un colectivo hasta completar un maratón de 42 kilómetros. Para algunos, es una promesa; para otros, una pasión. Pero para Micaela Levaggi, correr ha sido un viaje que la llevó más allá de su hogar y transformó su vida por completo. Esta es la historia de una atleta que ha hecho de correr mucho más que un deporte.
“Apareció pequeña y dijo que quería correr”, recuerda su entrenador Leo Malgor sobre aquel encuentro hace 13 años. “Mica era delgada, parecía frágil, pero tenía algo especial: una verdadera pasión por correr”, añade Malgor, conocido por llevar a cinco atletas argentinos a los Juegos Olímpicos.
Micaela nació hace 26 años en el barrio San Martín de Mar del Plata. De niña, buscaba un deporte y encontró el atletismo en una pista donde las clases eran gratuitas. “No tenía que pagar ni comprar equipamiento, lo cual era ideal porque éramos cinco hermanos y mi mamá no podía acompañarnos a todos”, relata.
Así comenzó su camino en noviembre de 2011, cuando conoció a Malgor. Apenas cinco meses después, se subía al podio del Campeonato Provincial de Cross Country en Tandil, su primera gran experiencia fuera de Mar del Plata. Ese tercer puesto no solo significó una clasificación al Nacional en Córdoba, sino también la oportunidad de viajar gratis, algo impensado para ella.
A partir de ahí, su carrera despegó. En menos de un año, representó a Argentina en el Sudamericano Escolar Sub-14 en Brasil y obtuvo su primera medalla internacional en 2014 al consagrarse campeona sudamericana de cross country Sub-16. Ese mismo año, clasificó a los Juegos Olímpicos de la Juventud en Nankín, donde fue la única atleta argentina en su disciplina y quedó 13ª entre las mejores del mundo, con menos de dos años en el atletismo.
Más que un Deporte
El atletismo no solo le trajo logros deportivos, sino que también impactó en su desarrollo personal. “Me ayudó a integrarme en la escuela, donde las realidades eran muy distintas a la mía”, confiesa. Sin embargo, el camino no estuvo exento de desafíos. Mientras estudiaba diseño, tuvo que enfrentar situaciones difíciles, como un robo que casi terminó en un enfrentamiento físico.
A los 18 años, Micaela decidió mudarse a la ONG Palestra, donde enseñaba deportes a niños en situaciones vulnerables. Aunque inicialmente su familia no estuvo de acuerdo, la experiencia la ayudó a madurar y a fortalecer su vínculo con sus padres.
Resiliencia y Nuevos Retos
Los éxitos continuaron con una medalla de bronce en los 1500 metros de los Juegos ODESUR 2018. Sin embargo, los años siguientes fueron complicados: una lesión de rodilla en 2019, la pandemia en 2020 y problemas físicos recurrentes en los años posteriores. “Pensé en abandonar, pero entendí que debía mejorar mi enfoque en el entrenamiento y prevenir lesiones”, reflexiona.
El esfuerzo dio frutos. En 2024, sorprendió en el medio maratón de Buenos Aires al registrar 1h13m36s, convirtiéndose en campeona argentina. Desde entonces, ha acumulado triunfos en diversas competencias, incluido el medio maratón de Mar del Plata y la milla urbana de New Balance.
Mirando al Futuro
Hoy, Micaela Levaggi no solo se enfoca en mejorar sus marcas, sino en desarrollar una mentalidad integral como atleta. Su entrenador, Leo Malgor, sugiere que los próximos tres años podrían estar orientados hacia un objetivo mayor: los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.
“Es asumir la responsabilidad de mi vida y dar lo mejor de mí misma”, concluye Micaela, quien sigue corriendo, no solo por metas deportivas, sino por convertirse en la mejor versión de sí misma.