Mahuchikh tuvo un viaje de tres días en durísimas condiciones desde su país, invadido y bombardeado por la agresión rusa.
Esta mañana, su vuelta de honor, enarbolando la bandera nacional azul y amarilla, fue seguida con emoción por la delegación ucraniana desde la grada.
Mahuchikh surgió como el gran proyecto de la escuela ucraniana del salto en alto cuando ganó el Mundial u18 de Nairobi 2017. Y un año después fue la estrella de los Juegos Olímpicos de la Juventud en Buenos Aires. Desde entonces se estableció como una de las mejores saltarinas del mundo, acreditada con un registro personal de 2.06m en pista cubierta y 2.04m al aire libre, que constituyó el récord mundial junior. El año pasado obtuvo la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio.