Y que tuvo un condimento de sorpresas ya que las estadounidenses concretaron el 1-2, se llevaron su primer título en el historial de la prueba (una de las pocas donde no tenían tal antecedente) y controlaron la habitual hegemonía keniata. Otro aspecto fue el accidente ocurrido con una de las favoritas, Beatrice Chepkoech, quien por una ¿distracción? no saltó el primer foso; para evitar la descalificación, tuvo que volver sobre sus pasos, saltar y más adelante pudo reencontrarse con el «pack» de líderes. Faltando una vuelta, todavía estaba al frente la favorita y campeona olímpica Ruth Jebet, otra keniata que ahora representa a Bahrein. Pero fue desbordada a la hora de los remates.
El tirunfo fue para Emma Coburn (26 años, procedente de Boulder, Colorado) quien ya tenía el antecedente del bronce olímpico y seis títulos nacionales. Su marca de 9m02s58 representa el nuevo récord de los campeonatos. Su compatriota Courtney Frerish, segunda con 9m03s77, proviene del «templo» de los corredores de su país, en Eugene. Y las keniatas recién se quedaron con el bronce a través de Hyvin Kiyeng Kipkemoi (subcampeona olímpica y que aquí defendía el título mundial) marcando 9m04s03. La infortunada Chepkoech fue cuarta con 9m10s45 y recién después llegó Jebet con 9m13s96. Además de ser campeona olímpica, también posee el récord mundial con 8m52s78 desde el año pasado en París. Más atrás, en el sexto puesto, apareció la nueva niña prodigio del atletismo keniata, Celliphine Chespol (18 años y reciente antecedente de 8m58s78), quien aquí marcó 9m15s04.
Y en el undécimo puesto, aprovechando la estela de estas superdotadas, una argentina, Belén Casetta. Nunca antes, en pruebas de pista, una atleta de nuestro país había lucido en ese nivel.