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Federico Bruno, la milla y la historia

01/04/2021

Por LUIS VINKER

El atletismo de medias distancias en nuestro país está atravesando un momento mágico. Así se vio en los recientes torneos del Grand Prix Sudamericano, en Concepción del Uruguay, y lo ratificó este miércoles 31 de marzo, en Concordia, Federico Bruno. La carrera de los 1.500 en el GP fue, por desarrollo, calidad y cantidad de argentinos involucrados, la más relevante de la historia, mientras que sobre 5.000, el líder Marcos Julián Molina estableció la mejor marca de un atleta argentino en pistas nacionales. Es muy grato que esta generación, principalmente de jóvenes mediofondistas y fondistas, puedan concretar sus progresos en medio del drama que atraviesan nuestro país, y el mundo entero. Es como una luz, un símbolo de esperanza, aunque sea lejano… También, ya en lo específicamente técnico, es aún más valioso que estos atletas puedan demostrar sus aptitudes y sus progresos después de una temporada malograda, donde no tuvieron oportunidad de competir por la suspensión obligada de la actividad atlética en casi todo el mundo. Acaso esa misma pausa les renovó sus ansias de superación.

            Como nombre emblemático en esta generación, Federico Bruno alcanza el mejor nivel de su campaña y concreta algunas de las tantas ilusiones que despertó en su aparición como un talento juvenil. En Concepción llevó su plusmarca de los 1.500 a 3m.38s.23, mientras que en Concordia se acaba de convertir en el primer argentino en correr una milla por debajo de los 4 minutos. Un repaso por el historial de la prueba, tanto internacional como nacional, nos ubicará en la dimensión de su hazaña.           

SIMPLEMENTE, CLASICOS

            La prueba de la milla (1.609,36 metros) tiene una gran tradición en los países de la Comunidad Británica y en Estados Unidos, cunas de las competiciones atléticas modernas. Pero la universalización del atletismo, principalmente por el efecto ordenador de los Juegos Olímpicos, hizo de los 1.500 metros llanos la distancia habitual de los mediofondistas. Aún así, la milla no perdió su encanto y muchas veces se define a los grandes corredores de 1.500 como “milleros” por autonomasia.

            El período que va de 1960 hasta comienzos de nuestro siglo es el que ofreció a los más grandes especialistas de la historia, ya que los récords mundiales logrados por el marroquí Hicham El Guerrouj a fines de los 90 (3m.26s.00 en 1.500 y 3m.43s.13 en la milla) permanecen intocables hasta nuestros días.

            Del período previo podemos resaltar al neocelandés Jack Lovelock, campeón olímpico en Berlín 1936, y a los suecos Gunder Hägg y Ander Andersson. Lovelock fue el antecesor de formidables mediofondistas surgidos en su mismo país, en una tradición que se mantiene hasta nuestros días con Nick Willis y sus dos medallas olímpicas (2008-2016). Hägg y Andersson fueron los únicos que tuvieron actuación en medio de la tragedia de la Segunda Guerra Mundial. Entre ambos, batieron seis veces el récord mundial de la milla hasta que Hägg lo fijó en 4m.01s.4 en 1945. A partir de allí, se consideraba “los 4 minutos” como la barrera a batir, un mito para el atletismo.

            Y el que lo consiguió, después de una rigurosa preparación, fue el británico Roger Bannister el 6 de mayo de 1954 en la Universidad de Oxford, en 3m.59s.4 que quedan como uno de los momentos cumbre en la historia del deporte. Bannister se retiró poco después del deporte y se convirtió en una eminencia médica. Su récord tuvo escasa vigencia ya que a las pocas semanas, el 21 de junio, el australiano John Landy lo llevó a 3m.58s.0 en Turku, Finlandia.

            Luego sería el turno de dos excepcionales mediofondistas surgidos de las antípodas: el australiano Herb Elliott y el neocelandés Peter Snell. Elliott fue también campeón olímpico de 1960 en Roma y dejó el  atletismo con apenas 22 años, tras haber participado en apenas 45 carreras: las ganó todas. En esos mismos Juegos, Snell fue campeón de 800 y cuatro años más tarde, en Tokio, concretó un doblete sin precedentes (800/1500). Snell –al igual que Bannister- fue una eminencia médica y, curiosamente, ambos murieron hace pocos meses.

            A mediados de los 60, desde los campus universitarios estadounidenses, surgió un nombre que estaba destinado al estrellato: Jim Ryun. El 17 de julio de 1966 en Berkeley, California, y con apenas 19 años batió el récord mundial de la milla al correr en 3m.51s.3. Y redujo esa marca en dos décimas al año siguiente en Bakersfield. Ryun tenía todos los boletos para el oro olímpico en México pero allí se topó con un problema casi infranqueable (o dos): la altitud y la calidad de Kipchoge Keino, el “padre” de la revolución keniata en las carreras de mediofondo y fondo. Keino se llevó la medalla de oro, una de las tantas que cosechó entre 1964 y 1972 en pruebas que iban desde 1.500 hasta 10 mil, incluyendo obstáculos.

            El tanzanio Filbert Bayi llevó el récord a 3m.51s.0 el 17 de mayo de 1975 en Kingston. Y pocos meses después, otro fenómeno de la legión neocelandesa, John Walker, fue el primero en bajar los 3m50s al registrar 3m.49s4 en Gotemburgo, anticipando su victoria olímpica de Montreal 76.

            Los finales de esa década y comienzos de los 80 estuvieron marcados por la generación dorada de mediofondistas británicos: Sebastian Coe, Steve Ovett y Steve Cram. Entre los tres, movieron en siete oportunidades el récord mundial de la milla. Coe –el actual presidente de la organización mundial (World Athletics)- tuvo un verano sensacional en el 79 y en pocas semanas se apoderó de los récords de 800, 1.500 y la milla. Fue la época de la gran rivalidad con Ovett (una especie de Nadal-Federer del atletismo) que se resolvió en los Juegos Olímpicos de Moscú. Ovett triunfó en los 800 y Coe se desquitó en unos épicos 1.500, corona que iba a revalidar cuatro años más tarde en Moscú, dejando un sello inigualable hasta nuestros días: ningún otro mediofondista pudo retener su corona olímpica de esa distancia, ni antes ni después del gran Coe. Fue un tiempo de despegue del profesionalismo, de gran promoción alrededor de las carreras de mediofondo, sobre todo con la Milla Dorada que reunía a la crema de la crema en la pista de Oslo, donde cayeron tantas marcas mundiales. Cram –el más joven entre aquellos dotados británicos y escolta de Coe en los Juegos de Los Angeles 84- llevó el récord a 3m.46s.32 el 27 de julio de 1985, justamente en la capital noruega, donde lo escoltó el español José Luis González (3m47s79) mientras que Coe (3m49s22) veía caer su marca del 81 (3m46s32) y un John Walker todavía vigente alcanzaba el sexto puesto.

            Sin herencia de ese calibre para esa generación británica, asomaron los dotados del norte de Africa. Said Aouita no lo hizo en la milla, pero sí el argelino Nourredine Morceli y el marroquí Hicham El Guerrouj. Morceli, tricampeón mundial de 1.500 y vencedor de la prueba en los Juegos Olímpicos de Atlanta 96, bajó el récord de Cram a 3m44s39. Y El Guerrouj, su sucesor, lo fijó en 3m43s13 durante la Golden Gala de Roma, el 7 de julio de 1999, en una carrera donde lo escoltó el keniata Noah Ngeny. Sin embargo, este se dio el gusto de superarlo en la final olímpica de Sidney en la temporada siguiente. Cuatro años más tarde, en Atenas, El Guerrouj alcanzó la cumbre de su campaña al vencer en los 1.500 y 5.000, aquí en un duelo memorable con Kenenisa Bekela. Como citábamos, mantiene hasta hoy los topes mundiales de 1.500 y la milla, además de otra distancia poco habitual como los 2.000 metros llanos. Un estudio estadístico de especialistas como Hydman-Hedman-Matthews clasificó a Hicham El Guerrouj como “el más grande especialista de 1.500 /y la milla/ de todos los tiempos”, recordando también que ganó cuatro campeonatos mundiales consecutivos sobre 1.500, entre 1997 y 2003. No obstante, el doblete dorado de Coe en los Juegos Olímpicos, así como la calidad de sus récords, nos permiten considerarlo a esa misma altura, si no superior. Cuando el actual presidente de W.A. estaba en su plenitud, recién se inauguraban los Campeonatos Mundiales y con un formato cada cuatro años.

Evolución del récord mundial (bajo los 4m)

3m.59s.4 Roger Bannister (GBR) el 6.5.54 en Oxford

3m.58s.0 John Landy (Australia) el 21.6.54 en Turku

3m.57s.2 Derek Ibbotson (GBR) el 19.7.57 en Londres

3m.54s.5 Herb Elliott (AUS) el 6.8.58 en Dublin

3m.54s.4 Peter Snell (NZL) el 27.1.62 en Wanganui

3m.54s.1 Peter Snell (NZL) el 17.11.64 en Auckland

3m.53s.6 Michel Jazy (FRA) el 9.6.65 en Rennes

3m.51s.3 Jim Ryun (USA) en 17.7.66 en Berkeley

3m.51s.1 Jim Ryun (USA) el 23.6.67 en Bakersfield

3m.51s.0 Filbert Bayi (TAN) el 17.5.75 en Kingston

3m.49s.4 John Walker (NZL) el 12.8.75 en Göteborg

3m.49s.0 Sebastian Coe (GBR) el 17.7.79 en Oslo

3m.48s.8 Steve Ovett (GBR) el 1.7.80 en Oslo

3m.48s.53 Sebastián Coe (GBR) en 19.8.91 en Zurich

3m.48s.40 Steve Ovett (GBR) el 26.8.81 en Koblenz

3m.47s.33 Sebastian Coe (GBR) el 28.8.81 en Bruselas

3m.46s.32 Steve Cram (GBR) el 28.8.91 en Bruselas

3m.46s.32 Steve Cram (GBR) el 27.7.85 en Oslo

3m.44s.39 Noureddine Morceli (ALG) el 5.9.83 en Rieti

3m.43s.13 Hicham El Guerrouj (MAR) el 7.7.99 en Roma

Los toques sudamericanos

            Durante las primeras décadas del atletismo federado en nuestra región, las pruebas de mediofondo estuvieron marcadas por los duelos entre argentinos y chilenos. Las pruebas de la milla se programaban de tanto en tanto y los primeros anotados en las listas de récords son argentinos como Serafín Dengra y Leopoldo Ledesma, ambos olímpicos en Amsterdam (1928). Ledesma integraba la camada de grandes atletas surgidos de Córdoba, en tanto Dengra –proveniente de Granada, España- fue semifinalista de 800 metros en los Juegos. Igualmente (o más) famoso fue su nieto, el popular Serafo, integrante de la selección argentina de rugby –Los Pumas- hace un par de décadas.

            En 1938 el récord argentino y sudamericano de la milla quedó para un gran fondista como Roger Ceballos, también oriundo de Córdoba y que había alcanzado su momento de gloria en la Semana Internacional de Rio de Janeiro (marzo de 1934) cuando venció sobre 3.000 metros al campeón olímpico de obstáculos, el finés Volmari Iso-Hollo. Ceballos batió allí el récord sa de los 3.000 con 8m.36s.6, una distancia que, junto a los 5.000, eran sus favoritas. Llegó a consagrarse campeón nacional de 3.000 en siete oportunidades.

            Ceballos había marcado 4m.20s.3 en la milla, un registro que  su compatriota Isidoro Ferrere bajó en una décima tres años más tarde. Conocido como “El Lobo” en el ambiente atlético, Isidoro llegó desde Entre Ríos y desarrolló su trayectoria deportiva en la capital argentina, siendo el mejor mediofondista a comienzos de los 40. También fue recordman de los 1.500 (3m.57s2) y en esa temporada del 41 protagonizó los recordados duelos con el chileno Guillermo García Huidobro en la pista de GEBA, por el Campeonato Sudamericano. Con 1m.54s.2 sobre 800 y 3m.58s.7 sobre 1.500, García Huidobro se llevó las medallas de oro, delante del “Lobo”, quien siguió por varias temporadas más en la Selección Nacional. Docente en Educación Física, desarrolló una intensa labor: fue profesor del INEF y de numerosas instituciones, director provincial de Deportes en Buenos Aires y entrenador atlético de planteles como River y San Lorenzo.

            García Huidobro, uno de los más grandes mediofondistas de la historia chilena, heredó el récord sudamericano de la milla (4m.15s.8 en esa misma temporada del 41). La revista Estadio, en su país, lo definía así: “En acción es un verdadero espectáculo. Sus músculos educados en el esfuerzo, trabajan con esa armonía perfecta que sólo da el entrenamiento intenso. Sus pulmones en acompasadas aspiraciones, se hinchan de aire puro y su c razón late jubiloso, mirando el terreno que pasa rápido, bajo sus poderosas zancadas”. Era hijo del presidente de la Federación Atlética de Chile y una vez alejado de las pistas fue un brillante arquitecto.

            Otro coloso chileno del mediofondo como Ramón Sandoval heredó el récord de la milla. Sandoval, quien estaba secundado en sus aventuras atléticas por su propio hermano Waldo, ya era un consagrado en nuestra región cuando decidió incursionar en el ambiente universitario de Estados Unidos, representando a Lamar en Beaumont, Texas. Tal vez por las diferencias en los sistemas de preparación o por el trajín del  circuito de la NCAA no progresó en las distancias clásicas, pero le alcanzó para bajar el récord de la milla en sus intervenciones (4m11s0 y 4m09s7 a principios de 1958).

            En el historial sudamericana hay que anotar a Rayfield Beaton, de Guyana, con 4m.06s.0 en 1975, también en Estados Unidos, pero sin oficialización como récord ya que su país –recientemente independizado- se integró mucho tiempo después a nuestra confederación (hoy “Atletismo Sudamericano”). También en el ambiente universitario USA, el argentino Omar Ortega corrió en 4m.02s.45 en el marco de su preparación olímpica para Los Angeles. Un récord que, a nivel sudamericano, tendría escaso vuelo ya que ese fenómeno brasileño llamado Joaquim Carvalho Cruz –también compitiendo en aquel ambiente y representando a Oregon- estaba listo para intentar distancias mayores: el 13 de mayo arrasó con la “barrera” de los 4 minutos al marcar 3m.53s.00. Fue en Los Angeles, la ciudad donde pocos meses más tarde, iba a protagonizar uno de los momentos más espectaculares de la historia del atletismo sudamericano: su victoria olímpica en los 800 metros llanos, superando a Sebastian  Coe y otros dotados.

            Cruz consiguió su récord de la mislla en la pista de Westwood, durante el Pepsi Invitational y en un cerrado duelo con el mejor mediofondista estadounidense, Steve Scott, quien lo aventajó por una centésima (3m52s99), quedando tercero Jim Spivey con 3m53s88. La marca de Cruz permaneció mucho tiempo como el mejor debut del historial sobre la milla.

            Joaquim, junto a sus compatriotas José Luiz Barbosa (“Zequinha”) y Agberto Conceicao Guimaraes –quien había entrenado en la Brigham Young University, en Utah- contaban con la conducción técnica de Luiz Alberto de Oliveira y fueron protagonistas de un tiempo irrepetible, de una cosecha de marcas y títulos que colocó a Brasil en el primer nivel mundial del mediofondo. Aún hoy, la serie de Cruz y sus compañeros resulta inaccesible, sobre todo en los 800 metros llanos.

            El heredero de aquel equipo fue Hudson Santos de Souza, cuya serie de marcas a principios de este siglo resultó importante, aunque a nivel mundial no alcanzó la misma dimensión de resultados. Hudson, al igual que Joaquim, provenía del Distrito Federal y se destacó desde juvenil. En 2005 logró el récord sudamericano de los 1.500 con 3m.33s25 en Rieti y también el de la milla, con 3m51s.05 en el Bislett Stadium de Oslo, en una prueba en la que terminó 8° y donde se establecieron ocho de las 9 mejores marcas mundiales de la temporada. Esos récords, hasta hoy, permanecen imbatibles en nuestra región y sólo recientemente pudo acercarse otro brasileño, Thiago do Rosario André, ahora bajo la conducción técnica del polaco Lewandowski. Hudson cerró su campaña atlética con un valioso saldo, logrando 7 de las diez mejores marcas hasta el momento en el historial sudamericano de los 1.500 (todas por debajo de 3m.35s.) y corriendo la milla en 13 oportunidades en menos de 4 minutos.

Evolución del récord sudamericano

4m.28s.2 Serafín Dengra (ARG) el 10.11.29 en Buenos Aires

4m.24s.2 Leopoldo Ledesma (ARG) el 18.2.34 en Buenos Aires

4m.22s.6 Juan Carballeira (ARG) el 24.2.34 en Buenos Aires

4m.20s.3 Roger Ceballos (ARG) 1938 en Buenos Aires

4m.20s.2 Isidoro Ferrere (ARG) 1941 en Buenos Aires

4m.15s.8 Guillermo García Huidobro (CHI) 1941

4m.11s.0 Ramón Sandoval (CHI) el 29.3.58 en Austin

4m.09s.7 Ramón Sandoval (CHI) el 2.4.58 en Houston

(4m.06s.0 Rayfield Beaton GUY el 3.5.75 en Westwood)

4m.02s.45 Omar Ortega (ARG) el 21.4.84 en Boise

3m.53s.00 Joaquim Cruz (BRA) el 13.5.84 en Los Angeles

3m.52s.97 Hudson Santos de Souza (BRA) el 12.7.02 en Roma

3m.51s.05 Hudson Santos de Souza (BRA) el 29.7.05 en Oslo

El top 10 Sudamericano

3m.51s.05 Hudson Santos de Souza (BRA) el 29.7.05 en Oslo

3m.51s.99 Thiago do Rosario André (BRA) el 27.5.17 en Eugene

3m.53s.00 Joaquim Carvalho Cruz (BRA) el 13.5.84 en Los Angeles

3m.53s.21 David Torrence (PER) el 1.6.17 en Concord

3m.53s.30 Edgar Martins de Oliveira (BRA) el 26.5.96 en Eugene

3m.58s.2 Wander do Prado Moura (BRA) el 15.4.95 en Walnut

3m.59s.27 Federico Bruno (ARG) el 31.3.21 en Concordia

4m.00s.90 Daniel Bernardo das Neves (BRA) el 5.6.93 en Eugene

4m.02s.45 Omar Ortega (ARG) el 21.4.84 en Boyse

4m.02s.70 Luiz José Goncalves (BRA) el 26.3.90 en Manaus

EL APORTE ARGENTINO

En «Orígenes del Atletismo Argentino», de Rubén Aguilera, se indica que las pruebas de la milla estuvieron incluidas en las primeras competencias atléticas en suelo nacional. Por ejemplo en 1892 en Palermo, en el torneo del BA Cricket Club (allí ganó H. Corrival con 5m17s35/5) y ese mismo año en Rosario (C. Davis con 5m12s).           

Según la documentación que nos legara Augusto Dóminis (A Sus Marcas), el primer registro de la Milla oficializado en nuestro país fue de 4m.42s.0, logrado en 1920 por Miguel Angel Entrecasa en Rosario. Ese año, la Argentina hizo su aparición en los Campeonatos Sudamericanos, en la pista de Ñuñoa (Santiago de Chile) y allí Entrecasa fue el vencedor sobre 1.500 llanos con 4m.23s.2, marca que se homologó como récord para la distancia.

            Cinco años más tarde, el tope nacional de la milla pasó a Oscar Alonso con 4m.38s.0, otro atleta que tenía sus preferencias en distancias mayores ya que escoltó nada menos que a José Ribas y al campeón olímpico Juan Carlos Zabala sobre 3.000 metros en los Nacionales del 28 y 29 respectivamente. Finalmente alcanzó un título argentino de pista en 1932 en los 1.500 con 4m.12s.8. Aunque Alonso, quien representaba a Ferro Carril Oeste, también triunfó en el primer campeonato nacional de cross country en 1925.

            La milla reapareció entre nosotros en el período ya mencionado a nivel sudamericano, que va desde Dengra hasta Ferrere. Y el 7 de mayo de 1944, en medio de la ola de récord” que acaparó el gran entrerriano Juan Raúl Ibarra en casi todas las distancias de mediofondo y fondo –incluyendo la marca mundial de una hora-  también tuvo su incursion por la milla con 4m19s5, que Oscar Gahuarou mejoró en dos décimas al inicirse la temporada siguiente. Exactamente un año más tarde, Ricardo Bralo estableció 4m.18s0 en la milla, confirmando un espléndido momento ya que venía de lograr la medalla de oro de 5.000 y la de plata de 10.000 en los Juegos Panamericanos inaugurales, en el estadio de River.

            Osvaldo Suárez fue uno de los más notables fondistas del historial nacional y sudamericano. Su colección de récords abarcó todas las distancias de pista y ruta, desde los 1.500 metros hasta el maratón, y sus títulos internacionales, igualmente excepcionales. Y esaserie se inició justamente con la milla, ya que Osvaldo, pocos días antes de cumplir 19 años, corrió la distancia en 4m.16s.3 el 8 de marzo de 1953. Fue su trampolín hacia una excelente temporada que incluyó su victoria sobre 5.000 en el Sudamericano Extra de Santiago al mes siguiente (venció a héroes del fondo como Ibarra y el chileno Inostroza), también un récord sobre 2.000 metros llanos y el doblete 5.000-10.000 en el match ante la selección de Italia en la pista de GEBA. Allí venció al conocido, aguerrido (y bajito) fondista visitante, Giáccomo Peppicelli, y la marca de 31m.38s.8 representó un récord mundial junior, aunque en esa época todavía no se difundían esas tablas.

            El gran mediofondista argentino de la década del 50, Eduardo Balducci, mejoró el tope de Suárez en la milla al marcar 4m.15s.6 en Villa Domínico durante el otoño de 1960, cuando buscaba su clasificación a los Juegos Olímpicos de Roma, algo que finalmente le negaron.

            La lista continuó mucho después con dos mediofondistas que surgieron con sus bríos juveniles en nuestras pistas y terminaron sus campañas en Estados Unidos. Pedro Angel Cáceres, proveniente de Azul, se especializaba en los 800 llanos: fue el primer argentino en bajar de 1m.50s. y llevó el tope a 1m.48s.5 con una gran actuación en el Sudamericano de Bucaramanga (1979) donde arribó tercero. Ya radicado en USA compitió para Lamar Univesity –la misma que había contado con el chileno Ramón Sandoval- y allí se volcó hacia los 1.500 y la prueba de obstáculos, donde fue nominado para los Juegos Olímpicos de Los Angeles. Omar Ortega, por su parte, entrenaba en Parque Avellaneda bajo la conducción del profesor Aguilar y era un corredor clásico de 1.500. Inspirado por las hazañas del keniata Henri Rono (cuatro récords mundiales de fondo en apenas 40 días durante la temporada del 78), le escribió a los técnicos de la universidad donde éste entrenaba, la Washington State, en Spokane. Lo aceptaron y el “flaco”  Omar evolucionó sobre 1.500, colocando el récord nacional en la frontera de los 3m40s, algo que recién pudo superar Javier Carriqueo, neuquino, más de dos décadas después. En el medio de su intensa campaña universitaria, Ortega también batió el réocrd de la milla cuando ajustaba su preparación para los Juegos Olímpico de Los Angeles. A su retiro del atletismo y con un diploma en Ciencias Económicas, desarrolló una elogiada trayectoria empresarial, principalmente en EE.UU. y España.

            Federico Bruno, oriundo de Concordia, es el heredero de aquellas tradiciones, el mejor mediofondista argentino de la la última década y el que vuelve a colocar a nuestro país en el mapa sudamericano de la especialidad. Después de algún momento de incertidumbre y de algunas lesiones que le complicaron, ahora se muestra en la plenitud. De Concepción a Concordia, un momento dulce.

Bruno tuvo la gran oportunidad del debut en uno de los máximos eventos mundiales para los corredores de mediofondo: la milla del Prefontaine Classic, en el estadio Howard Field de Eugene, Oregon (que ahora es remodelado para servir como sede del próximo Campeonato Mundial). El «Pre» es un torneo incluido en la Diamond League y que homenajea al mítico corredor estadounidense de los ’70, Steve Prefontaine, muerto tan joven en un accidente de tránsito. La Milla del «Pre» en el 2015 reunió a los mejores especialistas de ese momento, con triunfo en la serie central de Ayanlew Souleiman (Djibouti) con 3m51s10 y segundo lugar para el estadounidense Matthew Centrowitz -luego campeón olímpico en Rio- con 3m51s20, quedando tercero el tricampeón mundial y ex campeón olímpico Asbel Kiprop, keniata, con 3m51s25. Bruno ocupó el 11° lugar en la otra serie y estableció el récord nacional a las puertas de los 4 minutos, triunfando allí Ben Bankenship con 3m55s72. Fue ayer, parece lejos… pero Bruno ya dejó atrás esa marca al convertirse en el primer mediofondista argentino que quiebra la gran barrera de los milleros.

Evolución del récord argentino

4m.42s.0 Miguel Angel Entrecasa en 1920 en Rosario

4m.38s.0 Oscar Alonso en 1925 en Buenos Aires

4m.28s.2 Serafín Dengra el 10.11.29 en Buenos Aires

4m.24s.2 Leopoldo Ledesma el 18.2.34 en Buenos Aires

4m.22s.6 Juan Carballeira el 24.2.34 en Buenos Aires

4m.20s.3 Roger Ceballos 1938 en Buenos Aires

4m.20s.2 Isidoro Ferrere  1941 en Buenos Aires

4m.19s.5 Juan Raúl Ibarra el 7.5.44 en Buenos Aires

4m.19s.3 Oscar Ricardo Gahuarou el 8.4.50 en Buenos Aires

4m.18s.0 Ricardo Bralo el 7.4.51 en Buenos Aires

4m.16s.3 Osvaldo Suárez el 8.3.53 en Buenos Aires

4m.15s.6 Eduardo Balducci el 14.5.60 en Villa Domínico

4m.14s.0 Pedro Angel Cáceres el 11.4.80 en Nueva York USA

4m.02s.45 Omar Esteban Ortega el 21.4.84 en Boise USA

4m.00s.31 Federico Bruno el 30.5.15 en Eugene USA

3m.59s.27 Federico Bruno el 31.3.21 en Concordia

BIBLIOGRAFIA

“The Milers” (Roberto Quercetani – Cordner Nelson)

“First 4m” (Roger Bannister)

“Running Free” (Sebastian Coe)

“World’s Greatest” (Richard Hymans, Jonas Hedman, Peter Matthews)

Archivos: Confederación Argentina de Atletismo – FAM – revista A sus Marcas

Libros estadísticos CADA (Rubén Aguilera / E. Fontana / S. Fontana / L. Vinker / J. Dominis)

“Cita en Moscú” (bios Bönnhoff-Balducci), por Luis Vinker (Biblioteca Digital Atl. Sudamericano)

“Ramón Sandoval, leyenda chilena” (en: https://atletismosudamericano.org/ramon-sandoval-leyenda-chilena-del-mediofondo/)