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Esteban Angulo, otra aparición entre los fondistas

13/12/2021
La categoría u23 del Campeonato Nacional de Ruta, este domingo 12 de diciembre en el 10k de San Isidro, fue ganada por el salteño Esteban Angulo con 31m.25s., delante de otras dos promesas de nuestro atletismo de fondo, Matías Di Leva (FAM) y Rodrigo Roberts (Chubut), quien ya había mostrado sus condiciones en el 21k de Buenos Aires. Angulo, ya en su despedida de la categoría, retuvo el título que había logrado dos años antes en el mismo escenario cuando marcó 30m.48s.

Angulo es una de las apariciones del atletismo de fondo en la provincia norteña, en la cual también surgió el reciente campeón sudamericano junior de los 3000 metros, Matías Reynaga (quien ahora estudia en California). Ambos integraron el plantel nacional en el Panamericano u23 de Cali, hace pocos días, donde Angulo quedó 7° sobre 10 mil metros llanos.

Angulo viene demostrando ascenso en la pista, donde sus mejores marcas son 14m.51s.0 sobre 5.000 metros (abril pasado en Córdoba) y 31m.04s.59 en 10.000, que consiguió al ser subcampeón nacional en Concepción del Uruguay, detrás de Marcos Molina, quien fijó la mejor marca histórica de un argentino en nuestro suelo. Luego en Buenos Aires, durante el Campeonato Nacional u23, Angulo fue subcampeón de la misma distancia –escoltó al bonaerense Emmanuel Ance- y medalla de bronce en 5.000, detrás de Leandro Pérez Lazarte y Di Leva.

Angulo viene del paraje El Huaico, en el departamento salteño La Merced, de una familia muy humilde. Su vida fue contada por el periodista Marcelo Rodríguez, en una reciente nota en el diario El Tribuno: “Hace cuatro años comenzó a correr, de manera solitaria, sin un entrenador, sin un plan concreto de preparación física, pero con un talento natural que lo llevó a ganar diferentes carreras”.

Yo jugaba al fútbol, pero no me fue tan bien”, cuenta Esteban a El Tribuno desde Cachi, donde entrenan desde hace algunas semanas para los Panamericanos. Jugaba en el Club San Agustín, pero su carrera futbolística duró muy poco, pero inmediatamente encontró en el atletismo una nueva pasión.
“Un día vi en la tele una carrera que se hacía en Salta, en ese momento dije ‘voy a ir a ver qué onda’. Fui e hice podio en mi categoría”, contó Esteban sobre ese primer paso en el atletismo. La carrera a la que hace referencia es la San Silvestre, que se corre tradicionalmente el 31 de diciembre de cada año en Rosario de Lerma, que marcó su punto de partida .De esa primera carrera todavía recuerda las sensaciones que vivió. “Me gustó porque ya dependía de mi mismo, si ganaba era por mi y si perdía también. En cambio en el fútbol ya dependía del equipo”, recuerda Esteban sobre aquella ocasión y son sensaciones que vuelve a vivir en cada entrenamiento o señal de largada.

El primer año lo dedicó a correr a nivel local, recién al segundo comenzó a representar a la provincia en carreras nacionales. Fue afianzando su carrera casi sin ayuda de un entrenador profesional. “Aquí, antes, nadie me conocía, yo salía a correr solo, sin ningún tipo de entrenador”, contó el atleta.
Recién el año pasado tomó contacto con los entrenadores de la Escuela Provincial de Atletismo que le ayudaron a relanzar su carrera que había abandonado momentáneamente para ayudar a su familia durante la etapa más dura de la pandemia. Ese fue un salto en su carrera que se terminó de ratificar cuando comenzó a ser entrenado por Cristian Crobat, especialista en pruebas de fondo y mediofondo.

Mientras Esteban suma kilómetros de preparación, también suma preocupación por la situación de su familia. Quedarse sin lugar donde vivir es una posibilidad que está latente; si ese temor llega a hacerse realidad debería abandonar definitivamente el atletismo para dedicarse de lleno a ayudar a sus padres. “Hoy mi mayor deseo es tener una casa estable. Mi situación económica y familiar está ya pendiendo de un hilo. Si la finca se vende, nos quedamos sin casa. Tenemos un terreno pero nos falta la plata para hacernos una casilla”, contó Esteban. El atleta es empleado de la Municipalidad de La Merced pero su contrato se vence a fin de año; su papá se dedicó a tareas de campo, luego fue camionero y después albañil. La pandemia lo dejó sin trabajo y subsiste a base de changas. Esa es la realidad que vive uno de los mejores deportistas que tiene la provincia, que tiene mucho potencial para seguir creciendo pero que quedaría en la nada sin la ayuda para tener su propia casa.