Por Kevin Rivero / Mirador Entre Ríos
Sudor y lágrimas antes del éxito. Sobre esto entiende muy bien el concordiense Dylan Van Der Hock, quien es uno de los exponentes con mayor proyección del atletismo argentino en la especialidad de carreras.
A pesar de sus jóvenes 18 años, el atleta de Concordia ya dejó su sello en el ámbito provincial, nacional e internacional, colocándose en el radar extranjero, tras grandes actuaciones en los certámenes que tuvo su protagonismo.
Dylan, nació el 24 de mayo de 2002. Es hijo de Marcelo y Natalia, hermano de Dana, Gianela y Guadalupe. Una familia. Una parte fundamental de su vida que lo involucró en el ambiente y lo impulsa diariamente para seguir adelante según relata él mismo en un diálogo muy ameno que mantuvo con MIRADOR ENTRE RÍOS. “Comencé a correr por mi papá. Él corría para bajar de peso y, luego, siguió practicándolo por el amor al atletismo. Recuerdo que tenía nueve años, miraba como disputaba las competencias llevadas a cabo en la calle y me quería sumar. Largué una prueba de siete kilómetros y me entusiasmo para hacer este deporte. También corrí la Maratón de Reyes Infantil y creo que fue uno de los puntos de inicios que me llevaron a inclinarme por la disciplina”, dijo.
Poco a poco se fue interiorizando y se metió más de lleno. El 2014 fue un año importante porque se vinculó con otro atleta entrerriano que le ha dado muchas alegrías a la provincia: Martín Méndez. “En esta instancia, comencé a entrenar toda la semana. Después que salía de la escuela, me iba a la costanera a entrenar con Martín. Me ayudó en cuando arranqué”, manifestó.
Sin embargo, su padre seguía siendo uno las personas que más lo estimulaba. “Mi papá siempre me nombraba torneos, pero era muy chico y no planeaba lo que se venía. Por correr fuerte puede alcanzar a competir en torneos importantes. Tras lograr el segundo puesto en los Juegos Nacionales Evita, disputé los Juegos Sudamericanos Escolares en Medellín, y por una centésima no pude subirme al podio”, señaló.
Y continuó de la siguiente manera: “Luego, apunté a los Juegos Sudamericanos de la Juventud (antesala a los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018, desarrollado en Buenos Aires) y fue el salto que me llevó a querer entrenar mucho más para buscar una marca mínima. Marcó mi vida esta etapa”.
Un desafío diario
Se convirtió en una de las mayores promesas del territorio nacional con destacados títulos, entre ellos una brillante participación en el Sudamericano de Santiago, donde obtuvo una medalla de oro en 3000 metros y una presea de bronce en 1500 metros. Todo a base de sacrificio. Trabajando día a día, con grandes dificultades económicas para solventar gastos necesarios para la práctica del deporte. “Constantemente estoy preocupado si voy a tener las zapatillas para correr, si podré tener un kinesiólogo, incluso, a veces hace falta el dinero para la fruta, los suplementos necesarios para entrenar o cómo voy a hacer para viajar un fin de semana”, reveló el oriundo de Concordia.
“El año pasado, no tenía zapatillas para entrenar. Más allá de estar en la pandemia, tenía un permiso para llevar adelante las actividades físicas y sumaba muchos kilómetros. Tenía una beca mensual desde la Secretaría de Deportes de la Nación y una beca provincial anual, pero no es suficiente. Había invertido el dinero en dos pares de zapatillas y se me habían terminado”, narró. Sí, usa un par de zapatillas por mes aproximadamente y debe cambiarlas para evitar lesiones. “No quería molestar y realicé una rifa para recaudar dinero con el objetivo de comprar y seguir entrenando hasta que recibí ayuda. Es muy duro y complejo muchas veces”, expresó.
Van Der Hock está en la mirada del exterior y recibió propuestas para marcharse a Norteamérica, pero las desestimó por la razón de habitar un tiempo más las tierras argentinas. “Las becas que me ofrecieron, surgieron a partir de las marcas que logré y me posicionaron en los primeros puestos sudamericanos. Las universidades de Estados Unidos llevan permanentemente los rankings y buscan Latinoamericanos para trasladarlos a su país y otorgarles un respaldo completo. Fui uno de esos y me llamaron varias veces. En 2020 recibí una buena oferta y tentadora. Pero, me gustaría volver demostrar que en nuestro país se puede correr fuerte. Pienso que en Concordia tengo todo para estar en un alto nivel, pero falta más apoyo”, detalló.
“Demostrando esto, me gustaría abrir puertas para los chicos que vienen detrás. Hay mucho potencial en Argentina y en nuestra provincia. Admiro a muchos atletas argentinos y me gustaría alcanzar o lograr cosas similares que concretaron ellos. Anhelo ser uno de los deportistas que demuestre que en Argentina se puede. Faltaría un sustento mayor para que podamos desarrollarnos más aún, sin tantos inconvenientes básicos”, indicó.
“Me gustaría que se mejore llevando un análisis de cada deportista en la previa a la disputa de cada certamen. No se puede ayudar a cualquiera si no se está entrenando. Pero, el apoyo tiene que estar antes de la medalla porque el sacrificio está antes de cada competencia. Ese momento es cuando más lo necesitamos”, aseveró.
Objetivos
“Ahora, me estoy preparando para el Campeonato Mundial U20, que estoy cerca de las dos marcas mínimas de la prueba que participé en los Juegos Nacionales. Se hace cuesta arriba no tener lo fundamental para competir, pero haré todo lo posible para estar a la altura”, deslizó el concordiense. Luego agregó: “Si logro un buen registro, pueden llegar mejores ofertas. Lo analizaré y veré si tengo una oportunidad de vivir del atletismo. Es uno de los deseos más fuertes que tengo”.
Por último, realizó un balance del 2020 y dejó en claro sus expectativas venideras: “Fue un año de pocas competencias. Cerré una temporada compleja con buenas marcas nacionales. Ahora, quiero tener buenas actuaciones desde el inicio del 2021 y apuntaré al Mundial de Kenia”.