Allí los funcionarios porteños Matías López y Luis Lobo (subsecretario de Deportes) distinguieron a los ganadores centrales y el titular de Consudatle, Roberto Gesta de Melo, premió a los nuevos medallistas sudamericanos. El diputado de la Ciudad, y también atleta, Gonzalo Straface, entregó a la Asociación Ñandú (organizadora del evento) el reconocimiento de la Legislatura de Buenos Aires, aprobado por todos los bloques. Y hubo varios momentos especiales. Por ejemplo, cuando dos grandes figuras del fondo argentino de los 60, Domingo Amaison y Mario Cutropia, les entregaron la plaqueta a los hijos de nuestras glorias atléticas: Delfo Cabrera (a 70 años de su coronación en los Juegos Olímpicos de Londres) y Osvaldo Suárez, recientemente fallecido. Los alumnos de la Escuela Técnica Raggio, que participaron en el concurso de diseño para la elaboración de la medalla del maratón, también fueron premiados (Martín Perlingieri, con la distinción principal). y luego se otorgó una plaqueta de homenaje a Osvaldo Carrizo, el corredor fallecido en los 21k de Buenos Aires. Su mujer y compañera de vida, Paula Ricardi, corrió ayer el tramo final del maratón con la imagen de Osvaldo, y recibió aquella plaqueta. Los trofeos destinados a los corredores argentinos llevaron su nombre.
En la categoría de silla de ruedas, el colombiano Luis Francisco Sanclemente se impuso en caballeros con 1h46m56s, seguido por Alejandro Maldonado (2h00m33s) y el uruguayo Oscar González Machado, con Lourdes Maciel como priemra en damas. También se estrenó el hand bike (Andrés Biga adelante, seguido por Emilio Atamañuk y Alejandro Fernández). En disminuidos visuales b1 se impusieron Miguel Pereyra (Argentina) y Leuda Maria (Brasil) y en B.2/3 lo hizo el alemán Rainer Erti en 3h16m50s.
La FAM también organizó el minimaratón en las categorías u18, u16 y u14, destinado al fomento del atletismo y a la promoción de valores deportivos entre las futuras generaciones de corredores.