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La visita de Sebastian Coe, un orgullo para el atletismo argentino y sudamericano

27/07/2018
Por LUIS VINKER

En vísperas de los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980 –controvertido evento- los atletas británicos desafiaron la amenaza del boicot, que sí habían concretado los gobiernos de otros países occidentales encabezados por Estados Unidos en protesta por la invasión a Afganistán. Y tal vez, algunos de los duelos más memorables de aquel momento lo ofrecieron los atletas británicos, con precisión: sus mediofondistas. Sebastian Coe vs. Steve Ovett era el choque más apasionante de la época y así sucedió en Moscú.

A esa altura, Coe se había ganado su consideración de primera figura mundial. Nacido el 29 de septiembre de 1956 en Chiswick y heredero directo de una gran tradición de “milleros” británicos –el país que había producido un Bannister, por ejemplo- Coe, guiado técnicamente por su padre, fue medalla de bronce en el Campeonato Europeo de Praga (1978) donde se impuso sorpresivamente Olaf Beyer, alemán del Este, seguido por  Ovett, un atleta tal vez no tan veloz, pero aguerrido y notable competidor, con un perfecto sentido táctico.

Coe despegó al año siguiente cuando, en un lapso de apenas 41 días, barrió con todos los récords mundiales de las distancias clásicas del mediofondo: 800 metros con 1m42s33 (desalojando de la tabla al gigante Alberto Juantorena), 1.500 metros con 3m32s03 y la milla con 3m49s0.

Los resultados en Moscú fueron, en cierto modo, sorpresivos. Coe sufrió una dolorosa derrota a manos de Ovett en los 800 pero, pese a ello, se recuperó para una extraordinaria performance sobre 1.500, donde alzó sus brazos en triunfo, en la meta, mientras Ovett se quedaba con el bronce. Entre ellos, se había “colado” otro germano del este, Straub. Los pronósticos hablaban de un Coe campeón de 800 y un Ovett con más chances en 1.500, pero sucedió al revés.

La progresión de Sebastian continuó en el verano siguiente con un fantástico registro de 1m.41s73 en los 800 llanos, que permaneció por 16 temporadas como récord mundial y que aún hoy figura en el top ten de todos los tiempo. También se apoderó del registro de los 1.000 metros con 2m12s18 y en dos oportunidades bajó la marca de la milla (3m48s53, 3m47s33).

Luego llegaron las lesiones y alejamientos temporarios, pero estaba listo para probar su clase en los siguientes Juegos Olímpicos, en Los Angeles. Allí, sobre 800, se produjo la fulgurante aparición del brasileño Joaquim Carvalho Cruz quien –a sus 21 años y tras un ciclo universitario en Estados Unidos- se alzó con la medalla de oro delante de Coe, en lo que representa una de las más notables actuaciones del historial sudamericano. Sin embargo, sobre 1.500, nuevamente Coe hizo aflorar su jerarquía para ganar con récord olímpico de 3m32s53, algo que resulta poco usual –dada la prevalencia de la táctica y la especulación- en una prueba de 1.500. Su compatriota Steve Cram, quien aparecía como el relevo de la dupla Coe/Ovett y como la nueva esperanza “british”, se quedó con la medalla de plata.

Coe aún tuvo margen para obtener un título importante sobre 800 (el Europeo de Stuttgart en 1986) y para llevar, ese mismo año, su registro personal de los 1.500 a 3m29s77 en el meeting de Rieti. Luego de su participación en la World Cupo de Barcelona 1989 (subcampeón de 1500) y en los Juegos de la Commonwealth, meses más tarde, llegó la hora del retiro.

Era el telón para una formidable campaña, que lo deja como una de las leyendas del atletismo mundial. Incursionó en la política –fue electo al Parlamento Británico para un período que se extendió entre 1992 y 1997 por el Partido Conservador- y luego en la dirigencia deportiva, liderando la organización de los Juegos Olímpicos de Londres, seis años atrás. En el congreso de la IAAF en agosto de 2015, fue electo presidente de la Federación Internacional de Atletismo.

Es en esa condición que esta estrella, esta verdadera personalidad de nuestro deporte, llega ahora a Buenos Aires. Y lo hace junto a otros nombres que también le acompañan aquí, por estos días, en una “colección” de luminarias como no recordamos en la capital argentina. Están, entre otros, Sergey Bubka y Alberto Juantorena, por ejemplo. Y también, para la celebración del Centenario de Consudatle, lo hacen aquellos atletas sudamericanos que brillaron a nivel mundial en las últimas décadas como Robson da Silva, Ximena Restrepo, Jefferson Pérez o Fabiana Murer. Un orgullo para el atletismo argentino.

 

FOTO: SEBASTIAN COE Y SU HISTORICO TRIUNFO EN MOSCU 1980 sobre 1500 METROS.