World Athletics comunicó esta semana el fallecimiento de uno de los mejores especialistas de todos los tiempos en la prueba de 110 metros con vallas: el estadounidense Greg Foster, tricampeón mundial de la especialidad y medalla de plata olímpica en Los Angeles 1984. También fue campeón mundial “indoor” de los 60 metros con vallas en 1991, fijando un récord del mundo de 7s.36.
Foster murió este domingo 19 de febrero y tenía 64 años. Su impresionante consistencia le permitió figuran en el top 12 de su especialidad a lo largo de 18 temporadas consecutivas, entre 1977 y 1994, siendo el número 1 en cinco años. Testimonio de su fuerza de voluntad fue lo sucedido en 1988 cuando, pese a quebrarse un antebrazo, compitió en los Trials de Estados Unidos, buscando clasificar para los Juegos Olímpicos de Seul.
“Encontré a Greg exactamente como te gustaría que fuera tu héroe atlético: un feroz competidor en la pista pero siempre un hombre cálido, generoso y amigable lejos de la intensidad de la competencia. Tan triste que Greg haya fallecido a una edad tan joven”, dijo Jon Ridgeon, actual directivo ejecutivo de World Athletics, y quien fue medalla de plata de los 110 metros vallas en el Mundial de Roma 87, escoltando a Foster.
Para el atletismo argentino, también el nombre de Greg Foster aporta un recuerdo muy especial:
En efecto, Foster integró la comitiva de grandes figuras internacionales –la más impresionante que jamás se haya dado cita en pistas argentinas- cuando se realizó el torneo “Ciudad de Buenos Aires” entre el 10 y 12 de octubre de 1980 con motivo de la inauguración de la primera pista sintética del país, en el entonces Cenard y actual Cedena. Dicho torneo, que tuvo como sus impulsores a Tito Steiner, Pedro Cáccamo, Walter Ditsch y Raúl Zabala entre otros, permitió que engalanaran nuestras pistas leyendas como Edwin Moses, Sara Simeoni, Al Oerter y muchos más.
Y entre ellos estaba Greg Foster, quien ganó los 110 metros con vallas en 13s.55, un registro que jamás se había visto hasta entonces en nuestro país. Superó a su compatriota y ex campeón olímpico Rodney Milburn, quien marcó 13s.90 y la medalla de bronce fue para uno de los mejores especialistas europeos de la época, el español Javier Moracho, con 13s.97. Luego se ubicaron Charles Foster (EE.UU.) con 14s.12, el uruguayo Javier Olivar Núñez con 15s.35 y los argentinos Damián Cismoni (15.68), Pablo Bianchi (15.70) y Eduardo Beck (15.75).
Foster nació en Chicago el 4 de agosto de 1958 y fue campeón universitario de su país (NCAA) en 1978 y 1980 sobre 110 metros con vallas, además de campeón de 200 metros llanos en 1979. Representaba a la poderosa Universidad de California-Los Angeles.
La mejor marca de su vida fue 13s.03 en los 110 metros vallas del meeting Weltklasse/Zurich de 1981. En aquel momento era el segundo registro mundial de la historia detrás de los 12.93 que uno de sus más grandes rivales, Renaldo Nehmiah, había fijado como récord y que constituía el primer sub-13. Foster-Nehmiah fue un clásico del atletismo y llegaron a competir en más de 60 carreras antes de que éste –popularmente apodado “Skeets”- se pasara al fútbol americano.
Foster fue el ganador del primer Campeonato Mundial en Helsinki, hace exactamente cuarenta años, y retuvo su corona en Roma 1987, para obtener una tercera en Tokio 1991. En los Juegos Olímpicos de Los Angeles quedó como escolta de su compañero de equipo Roger Kingdom, quien también visitaría nuestro país, pero mucho después, al obtener la medalla dorada de los Juegos Panamericanos de Mar del Plata 1995.
Foster se retiró de las competencias en 1996 y fue incluido en el Salón de la Fama de la federación estadounidense (USTAF) en 1998.
Afectado por “amiloidisis”, una enfermedad que ataca al corazón, a sus 57 años, y sometido a un trasplante en 2020, siguió trabajando igualmente como entrenador y agente de atletas hasta su fallecimiento.