Dentro de una campaña que le tuvo como principal protagonista en salto en largo y salto triple, además del decathlon, Mazzeo vivió su cumbre personal un 15 de octubre de 1975 en la Ciudad de México, en el marco de los Juegos Deportivos Panamericanos. Ese día, la prueba de salto triple fue ganada por el brasileño Joao Carlos de Oliveira con un impresionante récord mundial de 17.89 metros, que tuvo una década de vigencia y que aún hoy permanece entre las mejores marcas del ránking. Mazzeo ocupó el 7° puesto pero, a la vez, produjo su propio hito: con 15.85 metros batió el récord argentino que Luis Antonio Brunetto había fijado 51 años antes en los Juegos Olímpicos de París (15.42) y que fue, de esta manera, el récord nacional «más longevo» en la historia del atletismo nacional.
Mazzeo fue el símbolo del atletismo de Córdoba en aquella época, junto a ese formidable lanzador llamado Juan Adolfo Turri (quien también falleció por un problema cardíaco hace pocos años).
Los comienzos de Mazzeo se dieron en largo y salto triple, pero su incursión en el decathlon fue de joven, para retornar luego a la especialización en los saltos. Integró el seleccionado nacional que conquistó el Sudamericano Junior de 1968 en Sao Bernardo do Campo (allí también estaban Turri y otros destacados atletas de su provincia como el cuatrocientista Milton Copparoni).
Tras obtener los títulos nacionales del decathlon en 1970 y 1971 -disputados ambos en la capital de su provincia- Mazzeo fue incluido en el seleccionado nacional de mayores para el Sudamericano de Lima (71) donde logró la medalla de bronce con 6.478 puntos según la tabla actual, que fue su más alta producción personal. Escoltó a la entonces imbatible dupla venezolana de Héctor Thomas y Ramón Montezuma. En ese mismo Sudamericano, Mazzeo quedó sexto en triple y séptimo en largo.
Meses más tarde, ganó el decathlon durante el triangular Argentina-Brasil-Chile en Rio de Janeiro, con 6.433 puntos. Pero, a partir de allí, se concentró en los saltos horizontales. Y en el Campeonato Sudamericano de Santiago de Chile (1974) -el que sería el último del historial que escaparía al dominio de Brasil en hombres- Mazzeo llegó a su consagración: logró la medalla de oro del salto en largo con 7,29 metros. Justamente allí aparecía Joao de Oliveira, quien ganaba el salto triple, delante de su compatriota y medallista olímpico Nelson Prudencio, mientras Mazzeo ocupaba el cuarto puesto. Un año más tarde, en el Sudamericano de Rio, donde Oliveira ganó ambas pruebas, Mazzeo fue subcampeón de largo con 7.39 y sexto en triple, cerrando su intervención en estas competiciones en Montevideo (1977) en el cuarto lugar del salto triple, una vez más terreno del gran Joao «do Pulo».
Además del citado récord nacional de triple, Mazzeo también se apoderó de la marca nacional de largo. Fue el 22 de junio de 1975 en la capital cordobesa donde, en una misma competencia, igualó el registro de Alfredo Boncagni con 7.48 y lo superó en un intento posterior con tres centímetros más.
Aún hoy, más de cuatro décadas después, sus marcas en saltos permanecen entre las mejores del historial argentino: está sexto en largo y quinto en triple. El entrerriano Eduardo Gabriel Labalta en largo y el mendocino Angel Gagliano en triple fueron sus rivales en la pista, y compañeros de selecciones por aquella época. Eran animadores habituales de los Campeonatos Nacionales, donde Mazzeo acumuló ocho títulos: salto en largo (1973, 1975 y 1977), salto triple (1973, 1974 y 1976) y decathlon (1970 y 1971).
Posteriormente, llegaría el turno de su fecunda labor docente y una entrega al atletismo por siempre. Fue director provincial del Deporte en Córdoba a principios de los 90, preparador físico en Atenas (campeón de la Liga Nacional de Básquet en 1989-1990), directivo de la Federación Cordobesa de Atletismo (tesorero entre 2005 y 2007), y en los últimos tiempos -antes de jubilarse- se desempeñó como docente en el IPEF donde, luego, seguía ofreciendo sus cursos y enseñanzas.