El atletismo olímpico acaba de vivir una jornada memorable en el Estadio de Tokio este 1° de agosto. Se trata de aquellos días épicos, que van a perdurar por siempre en la historia de este deporte. Y, particularmente, para los italianos. Y para nuestra región con el título olímpico y el récord mundial del triple salto de la venezolana Yulimar del Valle Rojas…
A las 21.50 de la noche, después de que el espectacular juego de luces futurista marcara la presencia de los finalistas de los 100 metros llanos, la “prueba reina” de los Juegos, el italiano LaMont Marcell Jacobs se alzó con la medalla de oro en su carrera perfecta y terminó abrazado, poco después de la meta, con su compatriota Gianmarco Tamberi, que acababa de protagonizar otro gran concurso para llevarse el título del salto en alto.
Jacobs –nacido en realidad en El Paso (Texas) hace 27 años- le da así a Italia el primer título de la historia en una de las pruebas más codiciadas. Italia tiene un pasado de grandes velocistas como Livio Berutti o Pietro Mennea, que cubrieron entre las décadas del 60 al 80 pero en el calificado “sprint largo”, eran especialistas de los 200 metros planos. Nunca un italiano había alcanzado la posición de medallista en los 100 metros, allí donde no hay margen alguno para el error.
Y LaMont Jacobs, que prefiere que lo llamen “Marcell” (su segundo nombre) se apunta así como el primer campeón de la era post-Bolt, después de que el jamaiquino se convirtiera en el único hombre en la historia capaz de ganar los Juegos por tres ediciones consecutivas, como lo hizo entre 2008 y 2016. Bolt también dejó récords por ahora inaccesibles (9s.58 es su marca mundial fijada en Berlin 2009 y 9.s63 el tope olímpico que dejó desde Londres 2012).
Pero, ya con aquel bólido en el recuerdo, se abría las posibilidades para una nueva generación. Y Jacobs, quien recién hace pocas semanas se anotó en el “club” de los que bajaban 10 segundos, marcó una singular progresión en estos Juegos.
Las semifinales también tuvieron su cuota dramática cuando el número 1 de la temporada –el estadounidense Trayvon Bromell, acreditado con 9s.77 y ganador de los Trials de su país en Eugene, Oregon- se quedó afuera por milésimas. Bromell ya había dejado dudas en la primera ronda. .Ahora le tocó la semifinal 2, ganada por el britáico Zhanel Hughues en9s.98, dos centésimas por delante del nigeriano Enoche Adegoke. También Bromell marcó 10s.00, pero una imperceptible diferencia lo dejó tercero y fuera de la conversación para la final.
En la semi anterior habían avanzado otro de los estadounidenses, Fred Kerley, y el canadiense Andre DeGrasse, tal vez el más calificado y experimentado entre los hombres que seguían en pista. Ambos marcaron 9s.96, en tanto que el último superviviente de la legión jamaiquina de la era Bolt, Yohan Blake, no tenía chance alguna con su sexto puesto y 10s.14. De Grasse, por su andar suelto y sus buenas prestaciones en competencias mundiales y olímpicas (ya fue bronce en 100 y plata en 200 en los Juegos anteriores) parecía destinado –dentro de un clima parejo- para la carrear favorita.
Pero la tercera semifinal, probablemente entre las más rápidas del historial olímpico, daban un notable aviso. Allí apareció un chino, Bingtian Su, con un notable récord continental de 9s.83, el mismo tiempo fijado por el estadounidense Ronnie Baker. Y apenas una centésima más le sirvió a Jacobs para avanzar a la final, además de superar el récord europeo por un margen considerable y su propio registro personal (9s.94 en la ronda anterior). Junto a ellos, también avanzó a la final el cuarto, el sudafricano Akani Simbine con 9s.90.
Jacobs hizo la carrera perfecta en la final. Sencillamente, excepcional, desde la justeza de su salida y una rápida ventaja. Sólo fue apremiado por Fred Kerley al promediar la prueba, pero resistió el embate, ni una sola duda hasta cruzar la meta y abrazarse con un Tamberi que todavía no cabía en sí de la emoción por su propio triunfo en salto en alto.
LaMont Jacobs inscribió así a Italia entre los pocos países que alguna vez disfrutaron el triunfo de los 100 llanos, una prueba que ha dado algunas de los héroes más grandes del atletismo olímpico, desde Jesse Owens hasta Carl Lewis, desde Jim Hines (el primero debajo de la frontera de los 10s) hasta Usain Bolt. Estados Unidos es la potencia dominante con 17 títulos, Bolt le aportó los tres a Jamaica, tres también cosecharon los británicos, el último de ellos –y también último europeo hasta Jacobs- correspondiente a Allan Wells en Moscú 80. También los canadienses disfrutaron de dos títulos olímpicos de 100, mientras que los cuatro restantes de la historia fueron para el alemán Armin Hary, el triniteño Haseley Crawford, el ucraniano (por entonces de la URSS) y el sudafricano Reggie Walker, allá por 1908.
El sudafricano Akani Simbine, que aspiraba a devolver a su continente al oro olímpico en los 100 metros desde hacía más de un siglo, sólo pudo quedar en el cuarto puesto con 9s.93.
La prueba se disputó con una leve brisa favorable de 0,1 ms. por segundo y Jacobs, con su registro de 9s.80, fijó el nuevo récord de Europa, quedando Kerley en el segundo puesto con 9s.84 y Andre DeGrasse, el canadiense, nuevamente bronce con 9s89. Detrás de Simbine, Baker fue quinto con 9s95 y cerró el chino con 9s98, mientras que abandonó –lesionado- el nigeriano Adegoke. El otro participante, Hughes, quedó con tarjeta roja y descalificado por su salida en falso.
LaMont Marcell Jacobs es hijo de italiana, casada con un texano. Pero Marcell vive en Italia desde chico y allí se desarrolló deportivamente. Después de jugar al fútbol en su infancia, le vieron sus condiciones atléticas en la zona de Desenzano de Garda, muy conocida como sede de una de las grandes competiciones internacionales del decathlon.
En un principio se dedicó al salto en largo, prueba en la que llegó a lograr cierto nivel internacional con un mejor registro de 8.07 m. en pista cubierta y 8.48 al aire libre, aunque con viento a favor. Una lesión sufrida seis años atrás le hizo cambiar de especialidad, pero recién en los últimos tiempos se vio su despegue en la velocidad. Es curioso: lo entrena un gran saltarín como Paolo Camossi, ene l Fiamme Oro, tradicional reducto atlético de Pádova.
El primer italiano que corrió por debajo de los 10 segundos fue su amigo Filippo Tortu, con 9s.99 hace un par de temporadas, pero aquí no pudo escalar hasta la prueba decisiva. El 2021 es “el momento Jacobs” y lo había anticipado desde las pruebas de pista cubierta, cuando ganó los 60 metros del Campeonato Europeo. Ya al aire libre, el 13 de mayo en Savona, corrió en 9s.95, anticipando que habría que tenerlo en cuenta para los Juegos. Ratificó un “sub 10” en Montecarlo hace pocas semanas (9s.99), pero su progresión dentro de los Juegos (9.94 en serie, 9.84 en semis y 9.80 en final) resulta notable, y poco habitual cuando se trata de la más alta exigencia.
También resulta sorprendente la aparición de Kerley en el podio de esta prueba. Procedente de South Plains, Texas, en realidad es un especialista en los 400 metros llanos –fue medalla de bronce mundial en esta prueba- es decir en la velocidad más extendida. Recién en esta temporada “bajó” a la velocidad pura y consiguió su plaza olímpica en Eugene. Es uno de los tres atletas en la historia que tiene el “Big 3” de la velocidad: menos de 10 segundos en 100, menos de 20 segundos en 200 y menos de 44 segundos en 400, privilegio que comparte con el sudafricano Wayne van Niekerk, campeón olímpico y recordman mundial de 400, y el también estadounidense Michael Norman.