Los Sudamericanos u20 comenzaron a disputarse hace más de medio siglo, exactamente en 1959 cuando consistió en un match entre argentinos y chilenos. Recién a partir de 1966, con la incorporación del programa femenino, tuvieron el formato actual. Los mejores desempeños de nuestros atletas se dieron en 1968 (Sao Bernardo do Campo) y 1970 (Cali) cuando se consagraron campeones por puntos tanto en damas como caballeros. Y hasta 1980 -cuando se lograron trece medallas de oro- los equipos argentinos estaban entre los más fuertes de la región. Después, el nivel fue decreciendo. Con aquella perspectiva histórica y tomando en cuenta las múltiples dificultades que se presentan actualmente, resalta más la actuación de nuestro equipo.
La situación generada por el drama de la pandemia, desde principios del año pasado, afecta al mundo entero. Y en el caso específico de nuestro deporte -además de cada situación personal y social- prácticamente impidió el desarrollo de competencias y, muchas veces, la posibilidad de entrenamientos normales. Esto valoriza aún más el esfuerzo, la dedicación y vocación de nuestros jóvenes atletas. Los chicos que actualmente componen la u20 también tuvieron que sufrir, en la previa del Sudamericano, la incertidumbre por la participación, que finalmente pudo concretarse, apenas horas antes del evento.
Casi todos los integrantes del equipo tuvieron un excelente papel en Lima frente a los mejores atletas de la región en esta categoría. El 1-2 de los velocistas Tomás Pablo Mondino y Bautista Diamante fue una de las más notables expresiones técnicas y confirma el repunte que la especialidad, tan competitiva, tiene en los últimos tiempos en nuestro país (allí están los resultados de Franco Florio, Nahuel Pinti o Franco Camiolo como ejemplos, en sus primeras incursiones en la categoría superior). Con sus 16 años recién cumplidos, Mondino se coloca en escala internacional de los 100 metros para su edad, logró 10.43 que significan el nuevo tope nacional u20 y u18, además del octavo registro argentino de todos los tiempos. Completó con sus 21s24 en los 200 -récord u18- para coronar un doblete (100/200) que, a lo largo del historial de los Sudamericanos Juniors, solamente habían logrado tres velocistas argentinos: Juan Stocker en 1960, Carlos Ripoll en 1966 y Gerardo Meinardi en 1987. Bautista Diamante también mostró una gran superación en ambas pruebas, con 10s53 y 21s27 respectivamente, y ambos se unieron para la 4×100 que obtuvo la medalla de bronce, cerca del primado nacional.
Otro doblete le correspondió a Damián Dylan van der Hock, mediofondista surgido de Concordia, el mismo terreno de la actual gran figura de nuestro atletismo, Fede Bruno. Sobre 1.500 llanos y con 3m50s73, van der Hock terminó delante de un calificado lote de mediofondistas y luego reafirmó su superioridad en el «steeple». También las pruebas de media y larga distancia alumbraron la aparición de otro gran favor, Matías Reynaga, con su victoria de 8m19s81 en los 3.000 llanos, prueba que «regresó» ahora al programa de los Campeonatos.
La cosecha dorada se completó con los lanzadores Sebastián Tommasi (68.83 en martillo, prueba de tradicional predominio de los nuestros) y Lautaro Amarilla, un misionero que -en la medida que pueda incorporar todos los recursos técnicos a su prueba- tendrá grandes posibilidades de evolución en el lanzamiento de jabalina. Dentro del sector femenino, el título fue aportado por Luciana Gómez Iriondo al pasar los 3.90 metros en salto con garrocha, donde Sofía Hrynszyzyn se llevó la medalla de bronce.
En los 800 metros llanos, Pedro Emmert -un «cuatrocientista» que ahora hizo la transición a las dos vueltas en pista- consiguió su mejor marca personal de 1m51s70 para obtener la medalla de plata, detrás del brasileño Leonardo de Jesús Santos, y también hizo un valioso aporte en las postas 4×100 y 4×400, ambas con medallas de bronce.
Otros segundos puestos correspondieron a Emiliano Gastón Benítez con 2.04 m. e salto en alto, Luis Alejandro Nuñez en martillo con 65.99 en martillo y Ana Luz Sarli con 42.03 en disco, todos provenientes de la zona mesopotámica. Y obtuvieron medallas de bronce, además de lasl ya citadas, Juan Arriéguez en bala con 17.02 y, en damas, Catalina González Araujo en los 100 metros vallas (14s74), Joaquina Durá (1.73 en alto), Indiana Holgado (12.46 en triple) y la cordobesa Mariam Florencia Buenanueva, quien reunió 4.778 en el heptathlon, detrás de la fuerte dupla brasileña.