Don Eduardo Bernal -uno de los más relevantes dirigentes atléticos que ha dado la Argentina y verdadero propulsor de la actividad en Chubut- escribe:
«Con fecha 25 de julio de 1945, los presidentes de los clubes Gimnasia y Esgrima y Talleres de Comodoro Rivadavia habían cursado invitaciones a sus similares de Tiro Federal, General Saavedra, Tiro y Pelota y Golf San Jorge a reunirse en la calle España 955, donde funcionaba la sede de Gimnasia, para formar una organización y fomentar el atletismo. Ella se llevó a cabo el 31 y se creó la Federación Atlética de Comodoro Rivadavia, que más tarde se transformaría en la Federación de Chubut. La entidad quedó presidida por el ingeniero José María Aguirre, vicepresidente Julio Tevez, secretario Joaquín López, tesorero Miguel Braña y vocales Hermógenes Sánchez y Ramón Rodríguez. Paralelamente se designa a Valentín Gonzalo como coordinador de entrenadores de las entidades fundadoras. Ellos fueron los visionarios padres de nuestro atletismo organizado».
Dirigentes como Bernal y Antonio Pocoví -uno de nuestros grandes atletas de la década del 40- junto a varias generaciones de entrenadores y deportistas hicieron, del atletismo de Chubut, uno de los más emprendedores y pujantes del país.
Comodoro Rivadavia recibió su primer campeonato Nacional en 1964. Hasta allí llegaron varias de las figuras de aquel momento, como Norma Suárez, Luis Di Cursi, Ian Barney, Mario Cutropia (quien venció en los 5.000 y 10 mil metros) y Guillermo Vallania. Este fue el ganador de los 200 metros, los 110 con vallas y el relevo 4×400, sumando otras medallas con su segundo puesto en 100 y tercero en la posta corta. Pero, en damas, asomaba quien sería una de las figuras históricas del atletismo de Comodoro, la velocista Cristina Irúrzun, vencedora en 100 con 12s2, en 200 con 25s5 y en salto en largo con 5.55, superando aquí a la recordwoman nacional Mabel Farina. Comodoro Rivadavia volvería a ser sede de un Nacional quince años después, y también organizó un Nacional de menores en 1987.
Pero en aquella década del 60, también organizaron varios eventos internacionales:
. En 1966 se disputó el match entre la Argentina y Chile, donde también llegaban grandes figuras como los hermanos Erico y Ian Barney (garrocha y jabalina), Domingo Amaison (vencedor en 1.500 y obstáculos). La revelación fue el velocista Carlos Ripoll quien, apenas con 17 años, ganó los 100 metros llanos en 10s.4, que hasta hoy constituye la mejor de nuestro país con cronometraje manual en la u18. Andrés Calonge fue otro de los valores salientes al obtener los 200 metros con 21s1 y los 400 con 49s0. Y la posta argentina 4×100, que formaban Alfredo Boncagni, Ripoll, Roberto Schaefer y Calonge marcó 41s.3, para mejorar en una décima el récord nacional que se mantenía desde 1952.
. En 1968, se realizó el triangular ABC con los seleccionados de la Argentina, Brasil y Chile. Para el atletismo de Comodoro fue un momento especial por el triunfo de su gran fondista Nazario Araujo en los 10 mil metros. En salto en alto, Ana María Estrada pasó la varilla a 1,60 m. y así pudo igualar el récord argentino que Noemí Simonetto mantenía desde 1946 (quedó tercera, detrás de las dos imbatibles brasileñas de la época, Maria da Conceicao Cipriano y Aida dos Santos). El chileno Iván Moreno brilló al vencer en 100, 200, largo y posta, en tanto que en damas la figura fue la gran atleta sudamericana de ese tiempo, la brasileña Silvina das Gracas Pereira.
. En 1970, Comodoro realizó un gran torneo internacional. Allí el lanzador francés Pierre Colnard alcanzó un registro de 19,45 metros en bala. Estaban varios de los mejores exponentes italianos de la época como el fondista Giuseppe Ardizzone (venció en 10 mil), Sergio Leani (vallas) y Erminio Azzaro (2.07 m en alto), entre otros. En los 5.000 metros ganó uno de los nombres dominantes del circuito europeo, el español Javier Alvarez Salgado con 14m21s0, seguido por los mejores sudamericanos como el chileno Pedro Warnke y el colombiano Víctor Mora.
Pero Comodoro Rivadavia y su familia atlética también fue precursora: allí se disputó en 1973 el primer Campeonato Sudamericano de Menores (conocido entonces como Tosame) y que hoy constituye la categoría u18. Volvieron a organizarlo en 1986.
Una nueva edición del match Argentina/Chile tuvo lugar a fines de 1977 y nuestro equipo contó con los dos nombres dominantes de aquella década: Beatriz Allocco entre las damas, Tito Steiner entre los hombres. Este se impuso en 400 vallas, garrocha, bala y disco, con su habitual despliegue. Y Allocco marcó 11s.6 para ganar los 100 metros llanos, marca que significó el récord nacional manual. También ganó los 200 con 24s0 e integró ambas postas (4×100 y 4×400) para completar cuatro victorias.
El atletismo de Chubut tiene, en la actualidad, a dos de los tres atletas argentinos que han cumplido los índices para concurrir a los Juegos Olímpicos de Tokio en 2021: los maratonistas Joaquín Arbe y Eulalio Muñoz quienes residen en Esquel. Ellos continúan la tradición de los grandes fondistas surgidos de la provincia, entre los cuales Nazario Araujo -quien durante algunos años se radicó en la Capital y representó a Independiente- también fue representante olímpico, en el maratón de Munich 1972. El otro olímpico surgido de la provincia fue Leonardo Price (en los 800 metros de Beijing 2008).
Velocistas como Eduardo De Brito, especialistas en 400/800 como Carlos Heuchert y Antonio Tello, fondistas como Raimundo Manquel, Jorge Mérida, «Cachano» Barria y actualmente David Rodríguez, saltadores como Sergio Izquierdo o lanzadores como Adrián Contreras estuvieron entre las figuras del atletismo chubutense, al igual que la lanzadora de jabalina (y recordwoman nacional) Ana María Campillay, Irma Pérez en bala, la mediofondista Evangelina Thomas (finalista del Mundial u18) así como varias fondistas Karina Neipán, Sandra Amarillo, Estela Martínez. Y muchos nombres más, que hicieron del atletismo de Chubut, en distintas generaciones, un animador de nuestro deporte.